martes, 12 de julio de 2011

EE.UU. EN CUIDADOS INTENSIVOS


Por César Lévano

La economía de Estados Unidos enfrenta un peligro de quiebra, que puede arrastrar a toda la economía mundial. La amenaza consiste en que el país más rico del mundo deje de pagar sus deudas este 2 de agosto.

Esto ocurre mientras la mayoría republicanos en el Congreso de EE.UU. se opone tozudamente a que se eleven los impuestos a los más ricos, y busca que el ahorro provenga del recorte a la seguridad social.

El debate estadounidense tiene por centro el problema de la deuda externa, que es gigantesca: US$ 54,31 billones, frente a un Producto Interno Bruto de 14,87 billones. Si otro país tuviera una deuda de esas dimensiones, ya habría sido alejado de todo préstamo.

Por supuesto que el Fondo Monetario Internacional, que con tanto celo vigila y castiga a los países en vías de desarrollo, no se preocupa del caso. No es de extrañar. Recuérdese que no previó, o no quiso ver, la crisis que a partir de 2008 resquebrajó la economía mundial. Mientras exige, en estos precisos momentos, que una España en ruinas abarate el despido de trabajadores, no hace sonar ninguna alarma respecto a la economía estadounidense.

El asunto nos concierne directamente. Orlando Ferreres, en informe especial para La Nación de Buenos Aires, señala que en el mercado mundial se ha agotado el alza de las commodities y que incluso se insinúa una baja importante. “Las cotizaciones del petróleo y de la soja bajaron un diez por ciento en los últimos días”, escribe.

Los diagnósticos y las cifras negativos se están acumulando. La importante revista británica World Finance escribió en su edición de marzo-abril de este año, tras señalar varias economías al borde del colapso –España, Portugal, Bélgica–: “Estados Unidos representa otro peligro de baja para el crecimiento global. En 2011, EE.UU. enfrenta una probable caída doble en el mercado de la vivienda, alto Desempleo y débil creación de puestos de trabajo, un persistente hundimiento del crédito, crecientes huecos presupuestarios al nivel estadual y local, y elevado costo de los préstamos como resultado de la falta de consolidación fiscal del gobierno”.

Las cifras más recientes acentúan el tinte sombrío de los pronósticos. El Desempleo sigue siendo muy alto en Estados Unidos: entre 9 y 10 por ciento. Ese índice se eleva a 16 por ciento si se considera a los “desanimados”, es decir, a los que ya no buscan empleo.

Frente a ese drama de la economía de Estados Unidos, resulta más condenable la actitud de la extrema derecha de ese país, capitana y guía de la reacción mundial. Su inhumana terquedad no se conmueve con el sufrimiento actual o venidero de millones de norteamericanos, y la quiebra de la economía mundial que puede provocar. Su dios es el dinero, es decir las ganancias de los supermillonarios.

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