sábado, 3 de septiembre de 2011

¿QUE ORGANIZACION NECESITAMOS?


"Donde dos o tres se reúnan en mi nombre ahí estaré”
La Biblia.


El Cristianismo ya tiene más de dos siglos, así que seguramente saben lo que dicen cuando afirman lo anterior.

La organización en su forma más elemental es la forma en que el ser humano consigue algo. En esto se parece al método.

En el Perú, los primeros pobladores en estado de cazadores y recolectores, evidentemente que usaron la forma colectiva para obtener sus fines. Son famosos los chacos o la caza de auquénidos haciendo un círculo inmenso a su alrededor. Hasta ahora se usa para esquilar a las vicuñas, por ejemplo.

Por la difícil geografía del Perú, que no ofrece grandes extensiones de terreno cultivable o de pastoreo, como en los llanos venezolanos, o las pampas argentinas, el antiguo peruano tuvo que aguzar el ingenio, pues ya sabemos que la necesidad apremia la inteligencia. Y que la función hace al órgano.

Si querían sobrevivir tenían que estar unidos, pronto descubrieron las ventajas de la unión. Ya sabemos que la unión hace la fuerza y que la división crea la ruina. Pero además, que la organización DECUPLICA las fuerzas. Entre los seres humanos dos más dos son ocho. Y así sucesivamente.

Esto explica las líneas de Nazca por ejemplo, o Caral que es la unión de ayllus más antigua de América. También se explica la inexplicable construcción de Macchu Picchu. La organización es el medio, el instrumento, la herramienta social. El fin es metafísico. Como lo define la filosofía (que es el amor al saber) el ser humano es un animal metafísico. Pero sigue siendo un animal. Y, como decía Vallejo, cuando descubre una gran verdad es un animal completo.

¿Cómo debe ser la organización del socialismo peruano? Algo que esté a la altura de la milenaria historia de este gran pueblo pluricultural y multiétnico. Me la imagino como un gran manto ceremonial Paracas, policromo con predominancia del rojo, pero también del verde y sobre todo del amarillo solar y áureo.

Me la imagino como una gran red de caminos que cubre todo el territorio de norte a sur y de este a oeste, espaciosos y afirmados por donde discurren los mensajeros de la buena nueva, los chasquis del presente.

Me figuro los quipus que cuentan la historia y las cosas, desde Garcilaso y Guamán Poma, pasando por Melgar, Palma, Prada, Eguren y sus simbólicas, Adán en su Casa de Cartón, Valdelomar al pie del mar con los pantalones arremangados esperando con una sonrisa amplia, fresca, al cojito Mariátegui que se acerca de terno blanco como la espuma con sombrero sarita hecho un dandy.

Me imagino la revista Amauta saliendo de Washington izquierda doblando a la derecha y subiendo y bajando de los trenes y tranvías. Por barco. De mano en mano, de brazo en brazo. Con los obreros de la ciudad y el campo, con los intelectuales que leen la entraña cálida, roja, de la historia. Con los artistas. Todos a la altura insigne del hombre común, como decía Neruda.

La existencia de grupos y tendencias definidas no es un mal. Es un bien. Hay que respetarnos. Por encima de todo hay que respetarnos. Así como respetamos a la persona sea quien sea, grande o pequeña, del color que sea, sin importarnos su opción sexual, su estatus, por encima de todo, debemos respetar al ser humano. Milanés da el ejemplo al indignarse por el maltrato a las Damas de Blanco. Son mujeres, son madres, son cubanas.

El socialismo es la antítesis del capitalismo, pero tiene mucho de él. Los proletarios y los burgueses somos como el agua y el aceite, pero nos parecemos, y nos necesitamos. La burguesía no puede existir sin el proletariado y viceversa. Por eso, la meta final no es fosilizarnos como clase, sino la extinción de las clases. Que la humanidad sea una sola. La Acracia, la Anarquía. El puente entre uno y otro mundo es el estado socialista que ya no es un estado en el sentido burgués de la palabra. El estado comuna. Así debe ser nuestra organización: tipo comuna.

Un abrazo,
Manuel Velásquez Rangel.
Lima, 1ero de setiembre de 2011.
Rumbo al Tercer Seminario del Socialismo Peruano.

No hay comentarios: