viernes, 16 de noviembre de 2012

POLÉMICA PALINGENÉSICA: HABLEMOS DE LENIN



Ese río inmenso y caudaloso que es el marxismo, río que, a la vanguardia de la Historia en marcha hacia el porvenir, a inicios del siglo XX,  vio sumarse un impresionante torrente: la obra de Lenin.

Lenin significó la restauración, el aggiornamiento, la puesta al día del marxismo en la nueva realidad económica que aparecía.  

El capitalismo investigado, analizado y sintetizado por Carlos Marx en "El Capital" (a la par desarrollaba su método) era el capitalismo pre monopolista, aquel donde recién empezaba a producirse el fenómeno de la concentración económica que contradecía la libre concurrencia.

Medio siglo después sus contradicciones habían hecho exacerbar a tal punto el fenómeno de la concentración que se produjo el salto dialéctico que abrió una nueva etapa: el capitalismo de los monopolios, el imperialismo.

Lenin, armado del método marxista no sólo leyó correctamente lo que la realidad presentaba de original y nuevo, sino que yendo contra la corriente, contra de todos los textos sagrados y verdades consagradas, actuó marxista y revolucionariamente en un país de capitalismo atrasado en relación a Inglaterra, EEUU, Alemania o Francia  con los resultados que conocemos.

Por eso es que José Carlos Mariátegui lo califica como el restaurador más enérgico y fecundo del marxismo.

Esta palabra es para reflexionar: "restaurador". 

Esto significa que el marxismo es "restaurable" o ¿no?   

Dicho sea de paso Lenin actuó aquí como un revisionista del marxismo a todo meter.

Revisó algunos de los conceptos contenidos en el Materialismo Histórico y en Marx. 

Apenitas era 1,917  y ya Antonio Gramsci, a quien suelo llamar "el Mariátegui italiano" la tenía clarita:

 "El Capital de Marx era, en Rusia, el libro de los burgueses más que el de los proletarios. Era la demostración crítica de la necesidad ineluctable de que en Rusia se formase una burguesía, se iniciase una era capitalista, se instaurase una civilización de tipo occidental, antes de que el proletariado pudiera siquiera pensar en su insurrección, en sus reivindicaciones de clase, en su revolución. Los hechos han superado las ideologías." (Gramsci, Antonio, La revolución contra El Capital, 1,917)

Allí reside en gran medida la esencia revolucionaria marxista de Lenin, la superación dialéctica que hizo de Marx, no para aventarlo a la papelera de reciclaje sino para vivificar, restaurar, enriquecer la ciencia viva  del marxismo.

Y esa esencia revolucionaria de Lenin, de ir contra la corriente, se manifiesta de manera estelar en los preámbulos de la revolución de octubre en donde, a partir del examen de los hechos comprende que es necesario mandar al traste toda la concepción de partido como un colectivo cerrado formado por revolucionarios profesionales, revisando magistralmente sus propias concepciones sobre la organización política a la luz de las nuevas condiciones que se abrían ante sus ojos. Y no sólo eso, en la circunstancia más crucial no soltó la consigna: 

! Todo el Poder para el Partido Bolchevique!

sinó: 

!Todo el poder a las masas! 

demostrando así la comprensión del Socialismo como un gran movimiento producto de la historia, la economía y sus leyes y de la dinámica social engendrada por la lucha de clases.  

Permítasenos aquí una digresión

Si acaso un fulano, posterior al octubre rojo, le hubiese dicho a Lenin una cosa como esta: 

"En su magna obra don Vladimir, usted no ha hecho propiamente marxismo sino que en relación a Marx y Engel usted sólo ha compartido con ellos la misma concepción del mundo y nada más"  

Lo más probable es que Lenin, nomás escuchar la última sílaba hubiese montado en rabia, y lo habría botado a patadas en la nalgamenta de su modesto despacho.

Ahora bien: la obra de Lenin ¿ocupa un lugar de privilegio en el marxismo? 

Sin duda alguna! Esto jamás puede estar en discusión! 

Dentro de las legiones de seguidores que ha tenido Marx a lo largo de los años, algunos de ellos resultaron discípulos superlativamente brillantes. Lenin, entre todos ellos ocupa un lugar de privilegio, no sólo por haber inaugurado una nueva era en la historia de la Humanidad, la era del Socialismo, sino por la infinidad de experiencia viva que ha legado para las generaciones que le sucedieron. Experiencia viva contenida en sus libros, ensayos, folletos, artículos, discursos y cartas que sintetizan su accionar en la lucha de clases del movimiento obrero. 

Inmerso en la siempre verde realidad de la vida,  desplegó sus luchas desarrollando en ellas el marxismo en medio de encarnizados debates. 


Por cierto jamás se le vio pelearse con los Axerold, los Martov, los Plejanov, los Kautsky y compañía por la interpretación de tal o cual cita, por el sentido que un punto y coma tenía en un párrafo, en síntesis  para demostrar que él era el más erudito. 

¿Merece la contribución de Lenin al marxismo llamarse leninismo?

Sin duda alguna lo merece, como también lo merecen las contribuciones de otras figuras señeras del marxismo, pero en el entendido claro, preciso, rotundo sin ambages ni medias tintas que el leninismo (como otros ismos) es parte de un conjunto que lo abarca por completo que es el marxismo. Strictu sensu, el propio Marx teórico y revolucionario, resulta "menor" que el marxismo.

Dijimos en su momento que el marxismo abarca, antecede y supone el leninismo.

Nos ratificamos plenamente en ello. Sin el marxismo, el Lenin que cambió el mundo, no hubiese sido posible. 

Sin marxismo no hubiese habido octubre rojo.

En ese sentido, dialéctico, el marxismo supone y antecede al leninismo, y no se trata de una "perogrullada" como dijo un pericote de biblioteca por allí. 

Que lo abarca lo hemos demostrado.

Mientras estuvo con vida Lenin ¿alguna vez alentó o permitió o influyó para que alguno de sus camaradas de partido hablase de "leninismo"? ¿Hay alguna mención a ese término hasta 1,924?

Un genio como Vladimir Illich Ulianov - Lenin, dueño de una inteligencia elefantiásica donde su número de neuronas operantes excedía en varios múltiplos al común de las personas, poseedor de una exuberante cultura, inteligente en 6 o 7 idiomas, que conocía la filosofía, la historia, la economía y la lucha de clases al dedillo:

¿sería incapaz de percibir cosas, sobre si mismo, sobre su papel en la historia y en el movimiento socialista de las que sí se percata nuestro pintoresco teórico Ibarra y su cofradía?

¿Es posible esto?

Ahora bien, la realidad de la vida, el análisis de los hechos nos dice que el término marxismo-leninismo sí se impuso históricamente ( !contraviniendo a Lenin después de su muerte física!) en el seno del movimiento comunista internacional.

¿Esto como se produjo?

Ibarra nos lo dice: 

"El término leninismo se impuso en el movimiento comunista internacional, no porque respondiera al capricho de alguien por agregar un ismo a la denominación de la doctrina del proletariado, sino porque en el debate quedó demostrado que Lenin había desarrollado el marxismo. Esta es la cuestión. Por tanto el término marxismo-leninismo se impuso por su propio peso."

Ahh... esta es una cita deliciosa... regresaremos para analizarla.

Eusebio Leyva.

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