jueves, 6 de marzo de 2014

RAFAEL POCH: UCRANIA EN EL OJO DE LA TORMENTA (1)



En el tablero de todas las glorias rusas, Rusia se ha comido una torre, pero arriesga la reina
Crimea comienza a crujir sobre Putin

La Vanguardia
06-03-2014

Estas son las coordenadas: En el Este y el Sur del país el Estado ucraniano se hunde. Muchos no reconocen allí al gobierno central y piden referéndums y la federalización del país. En Kíev un gobierno pro-occidental desarbolado que se propone privatizar inmediatamente el sector energético y retirar subvenciones agrarias, de acuerdo con las recetas estándar occidentales, lo que anuncia una catástrofe para el nivel de vida. El gobierno es débil, no representa ni de lejos al conjunto del país, y no sabe qué hacer, pero, ojo, independientemente de su legitimidad, representa a la matriz del nacionalismo ucraniano. Aunque este gobierno destruye en la práctica con su sectarismo y patrocinio occidental la unidad del país, es al mismo tiempo el principal vector que reclama la unidad de Ucrania. Kíev es como Jano, el dios de las dos caras.

En el conjunto del país un mayoritario doble deseo de mantener la independencia de Ucrania y al mismo tiempo unas estrechas y amistosas relaciones con Rusia: casi un 70% de apoyo en la última encuesta. Tanto Occidente, que quiere una Ucrania contra Rusia, como Putin, que ocupa Crimea para evitarlo, contradicen ese doble consenso.

El tercer elemento es la situación en Crimea. Ocupada por fuerzas rusas con el mayoritario aplauso de la población, una "perfecta operación militar" de Vladímir Putin que contiene un riesgo extraordinario.

En esta partida de ajedrez, Moscú se ha comido una torre en Crimea. La población local lo ha aplaudido (los adversarios, que los hay, son débiles y están asustados), pero en el resto de Ucrania se observa el asunto con preocupación (hablamos, naturalmente, de promedios pues la sensibilidad cambia de una región a otra). Incluso en Odesa, una ciudad ancha, liberal, y francamente pro rusa, la temperatura que marca el termómetro es sutil. Como a alguien se le escape un tiro en Crimea y haya más violencias, el ocupante será inmediatamente visto como responsable y agresor. Jurídicamente está en casa ajena, por más que la historia le de la razón. Y luego está la propaganda. Poco a poco la gran máquina de la información global se pone en marcha. La máquina que hizo pasar por "humanitaria" la guerra de Yugoslavia, por "guerra contra el terrorismo" la segunda invasión extranjera de Afganistán, que vendió amenaza de armas de destrucción masiva en Irak y causas justas por doquier, comienza a emplearse a fondo ahora con Crimea.

"A Putin le importa un rábano la opinión de la Unión Europea", explica desde Moscú Dmitri Trenin, un politólogo occidentalista del centro Carnegie. "Ya le han demonizado tanto que no viene de eso", dice. Pero Rusia apenas tiene recursos de propaganda externos. El eficaz canal RT que da voz en inglés a muchos disidentes de Estados Unidos, es poca cosa. En el frente informativo las divisiones acorazadas están en manos del adversario.

Por dividido que estén algunos europeos (Alemania) de Estados Unidos, la unidad de acción esencial se mantendrá. La UE mantiene la pinza. El comisario "de ampliación europea" Stefan Füle, un checo, predicaba ayer mismo en Tibilisi (Georgia) "continuar con el fortalecimiento de la Asociación Oriental ante las presiones". En Moldavia la UE ofrece su gran caramelo a toda prisa: el régimen sin visado para estancias de 90 días para los locales (se exige pasaporte biométrico). Así que la pinza que ha desencadenado este desastre de guerra fría en Ucrania, se mantiene a todo trapo. Por la suma de todo eso la "exitosa operación" podría desmoronarse. Hasta se puede pronosticar por donde aparecerán las primeras grietas.

Putin se ha comido una torre en Crimea. Pero lo ha hecho exponiendo a su reina. Como esa reina acabe siendo vista como una fea y abusona madrastra en el resto del país, el balance final podría ser ganar Crimea y perder Ucrania. Y si Putin pierde Ucrania, podríamos acercarnos a un escenario ruso de 1905: la pérdida de Ucrania, como la de la flota del Báltico a manos de los japoneses en Tushima, Mar del Japón, tras una navegación transoceánica a través del Cabo de Buena Esperanza, sería una humillación que pasaría una seria factura. Por eso, si la situación de los occidentales, cuya geopolítica -para adelantar la frontera de la OTAN y hacerse con el control de los recursos de Ucrania- es un desastre irresponsable, el que se está jugando el todo aquí es Putin. Por otro lado, sin la operación de Crimea, Putin habría perdido aún más; las bases para su flota, el control de Crimea y también Ucrania. Un jaque mate. Así que la alternativa para Moscú era elegir entre malo y peor.

Ayer hubo tiros al aire de soldados rusos contra soldados ucranianos en la base crimeana de Belbek, ocupada por los primeros. Una buena ilustración de la peligrosidad de la partida. De los treinta aviones de caza ucranianos que hay en la base, solo cinco funcionan. Además de algunos soldados ucranianos que no se someten (naturalmente se les presiona y se los intenta comprar), en Crimea hay otros factores de contestación. Los tártaros de Crimea, 12% de la población, no quieren ni oír hablar de la ocupación rusa que asocian a lo peor de su memoria, las deportaciones estalinistas de las que su pueblo fue víctima en 1944. Hay otras posibilidades de aguarle a Moscú la fiesta en la península. Y desde la península, al resto.

Como dicen los chinos Rusia pisa en esta crisis sobre cáscaras de huevo. Todo cruje. Por otro lado, después de lo hecho no hay vuelta atrás. Desde Tallin (Estonia), su alcalde Edgar Savisaar, propone algo de sentido común: "solo un gobierno con representantes de todas las regiones de Ucrania podría tener legitimidad", dice. Pero ¿A quién le importa Ucrania?

Fuente: http://www.lavanguardia.com/20140305/54402798763/crimea-comienza-a-crujir-bajo-putin-rafael-poch.html


Intento de evitar la disolución del Estado en el Este, nombrando como gobernadores a magnates con autoridad local
El gobierno de Kiev renueva al poder regional en toda Ucrania

La Vanguardia
06-03-2014

El gobierno de Kíev intenta contrarrestar la disolución del Estado ucraniano en el Este del país, donde su legitimidad apenas es reconocida. Sintiendo a sus espaldas el fuerte apoyo occidental, Kíev ha nombrado nuevos gobernadores en las 25 regiones de Ucrania. Para ello sigue la receta sectaria que presidió la formación del gobierno: pleno dominio de la Ucrania occidental y central más nacionalista y antirrusa.

Como en el gobierno, el poder regional han sido copados por tres fuerzas; el partido "Batkivshina" (Patria) de la ex primera ministra Yulia Timoshenko, fuertemente atravesado por intereses oligárquicos, los ultraderechistas del partido "Svoboda" ("Libertad"), y toda una serie de magnates con influencia regional.

El partido de Timoshenko, partidaria del ingreso del país en la OTAN y de denunciar inmediatamente el acuerdo de 2010 que cedió a Rusia las bases de Crimea para su flota hasta 2040, se ha hecho con por lo menos 10 de los 25 gobernadores nombrados.

"Svoboda", que hasta 2004 se llamaba "Partido Socialista Nacional de Ucrania" y ha usado símbolos de la Waffen SS, ha colocado a 6 gobernadores. El número dos del gobierno de Kíev, el fiscal general y varios ministros pertenecen a "Svoboda", cuyo líder, Oleg Tiagnibok, firmó en 2005 una petición para prohibir todas las organizaciones judías de Ucrania y ha arremetido contra "la mafia ruso-judía que controla Ucrania", lo que no impide que los ministros euro-atlánticos se fotografíen estrechándole la mano.

Casi ninguno de los nuevos gobernadores tiene experiencia administrativa y muchos de ellos son jóvenes. En el contexto de nuevas privatizaciones que se anuncia, con enormes oportunidades para el enriquecimiento personal, ese relevo contiene tanto ventajas de regeneración como desventajas; la llegada de, "nuevos lobos hambrientos que relevan a los saciados", en opinión de un vecino de Odesa no implicado en las movilizaciones de los últimos días.

El partido "Udar" del ex boxeador Vitali Klichkó ha quedado ausente, tanto del gobierno como del reparto de gobernadores. Klichkó y su partido, apadrinado por Merkel, son la reserva de Alemania para las siguientes elecciones y se les quiere evitar el desgaste de la actual e incierta fase.

La situación más complicada se sitúa en el Este y el Sur del país. El poder de Kíev no es considerado legítimo por una gran parte de la población y la elite local -vinculada al Partido de las Regiones del Presidente (legítimo, electo, corrupto, destituido y huido) Viktor Yanukovich- ha quedado fuera de juego con el cambio de régimen en Kíev. En ciudades como Jarkov, Lugansk, Donetsk y Odesa, el vacio ha sido parcialmente llenado por un movimiento "anti-Maidan" que se articula alrededor de un difuso rosario de reivindicaciones federalistas, separatistas, autonomistas y pro-rusas. Al igual que el movimiento callejero de Kíev, este movimiento contiene tanto apadrinamiento exterior, en este caso ruso, como impulsos populares y anticorrupción y pro derechos civiles.

En ese contexto, Kíev ha nombrado en el Este a magnates locales con influencia en sus regiones, que le han declarado fidelidad. Es el caso de Igor Kolomoiski, nuevo gobernador de Dnepropetrovsk y uno de los principales hombres de negocios del país, Sergei Taruta (Donetsk) o Mijail Bolotskij (Lugansk). Todos ellos tienen como misión, "impedir el separatismo". A juzgar por lo que se percibe en Odesa, estos nombramientos son vistos por mucha gente como un mero cambio de figuras.

Como dijo el presidente ruso Vladimir Putin en su conferencia de prensa del martes, en la que astutamente expresó su "comprensión" por el impulso anticorrupción y justiciero de la protesta de Kíev (dijo; "el problema que tienen en Ucrania con la corrupción aún es más grave que el que tenemos en Rusia") mucha gente tiene la sensación de que, "unos granujas han sido sustituidos por otros".

La conferencia de prensa de Putin no pudo verse en parte de Ucrania, porque el operador de televisión por cable "Lanet" desconectó la transmisión de los tres canales de televisión rusos (RTR-Planeta, Pervy kanal y NTV Mir) que consumen millones de telespectadores ucranianos en el Este y el Sur del país.

Fuente:http://www.lavanguardia.com/internacional/20140306/54402081860/gobierno-kiev-renueva-poder-regional-ucrania.html


No hay comentarios: