jueves, 29 de enero de 2015

ACERCA DEL ANIVERSARIO 86 DE LA REUNION DE BARRANCO (Cuarta y última parte)




(29 de enero de 2015)

“En mi trabajo, en mis proyectos,
los plazos, el tiempo, han contado siempre poco.
Es, probablemente, por eso,
 que no comparto esa absoluta impaciencia
de algunos de nuestros amigos.
Sé que el temperamento criollo es así
y  me parece que hay que lamentarlo”
(José Carlos Mariátegui, en carta  del 31 de diciembre de 1928)


BREVE RESUMEN DE LOS HECHOS REALMENTE OCURRIDOS

Revisando nuevamente  con mayor detenimiento, la amplia correspondencia de Mariátegui, se pueden constatar los siguientes hechos (A continuación  ordeno solamente una breve relación de hechos, que forman parte de un trabajo de investigación mucho más extenso, el cual  compartiré en otra oportunidad con los amigos que estén realmente interesados en conocer la verdad histórica, y estén dispuestos a estudiarlo  con seriedad):

-         La Represión de Junio de 1927 promovió una revisión de métodos y conceptos en las filas del frente único y del movimiento socialista en Lima. Entre junio de 1927 y setiembre   de 1929,  en la correspondencia con los grupos del extranjero y de provincias, Mariátegui priorizó el desenmascaramiento y el deslinde con la desviación nacionalista acaudillada por Haya. De esa manera se garantizaba el fortalecimiento del frente único en desarrollo. En carta del 10 de setiembre de 1929 dirigida a Nicanor de la Fuente le escribe “La cuestión del Apra está completamente liquidada” (Correspondencia, Tomo II, pag.623), culminaba así el necesario deslinde.

-         En los primeros meses de  ese nuevo periodo,  hubo algunos militantes del Grupo de Lima que no entendieron oportunamente la necesidad del deslinde con el nacionalismo. Incluso a comienzos de abril de 1928, por sus vacilaciones e indefiniciones se postergó, demoró y al final se suspendió la discusión y aprobación de la propuesta de Carta Colectiva del Grupo de Lima (el borrador de esa carta   fue escrito y presentado por Mariátegui  posiblemente el día domingo  02 de abril  de 1928 en la reunión del Comité de Lima). Mariátegui escribió esa “propuesta” de Carta Colectiva sin anotar  fecha de redacción, tal como figura en el libro de RMT, pag.299. La fecha se colocaría después del debate y aprobación respectiva, lo cual nunca ocurrió.

-         Así, sin fecha y como propuesta de carta colectiva a debatir,  Mariátegui la presentó en la reunión dominical del 02 de abril. Posteriormente, algunos comentaristas poco avisados,   arbitrariamente   han asumido y publicado  que  esa carta recién fue escrita el “10 de junio”, es decir dos meses después de abril (revisar folleto Mariátegui-Haya Materiales de un debate, antología editada por Ramón García en setiembre de 2002). Lo cierto  es que esa propuesta de carta colectiva no se aprobó, ni se envió en su momento a ninguno de los comités de provincias ni del extranjero. La “propuesta” quedó solamente en eso, en una propuesta “que en breve resultó insuficiente”. Tiempo después, el mismo Mariátegui la utilizó solamente como un testimonio o material “de referencia” (ver cartas de Mariátegui del 29 de setiembre,  7 de octubre  y  19 de octubre de 1928, en Correspondencia, tomo II, pags.444, 451 y 459).

-         Ante la demora en la definición  de algunos de sus compañeros del Comité de Lima, actitud que contrastaba con la prisa  del grupo de México,  Mariátegui después de concluida la reunión del día domingo 16 de abril en la cual tampoco  se aprobó la propuesta de Carta Colectiva, consideró que era necesario y obligatorio  escribir de inmediato  una carta personal,  la conocida Carta a la célula aprista  de México  del 16 de abril (ver Correspondencia, Tomo II, pag.371). Carta en la cual desenmascaró y deslindó abiertamente con la desviación  nacionalista, con el caudillaje personalista de Haya.

-         Como es conocido, Haya con fecha 20 de mayo, respondió la  carta del 16 de abril en términos insolentes y ofensivos, “respuesta impertinente, absurda de ‘jefe’ ofendido” comentaría  Mariátegui. A partir de esa respuesta, posiblemente recibida a fines de mayo, Mariátegui “cortó toda correspondencia con Haya”. 
   
-         En la “propuesta” del 02 de abril,  Mariátegui todavía en tono amistoso y algo conciliador proponía “el APRA debe ser”. Mientras que, en su carta personal del 16 de abril, de manera tajante y definitoria  Mariátegui anotó “quiero hacerles conocer sin tardanzas mis puntos de vista sobre este nuevo aspecto de nuestra discrepancia”, y agregó “la cuestión el Apra: alianza o partido (…) pasa a segundo término, desde el instante en que aparece en escena el Partido Nacionalista Peruano”. El cambio de actitud, y la rectificación  de Mariátegui  entre una  y otra carta escritas en un breve lapso de dos semanas, es sumamente clara. Una cosa es proponer en tono amistoso y conciliador “el Apra debe ser”, y otra cosa muy diferente es anotar de manera tajante  “El Apra pasa a segundo término”.

-         Ya en esa propuesta de Carta Colectiva del 02 de abril, Mariátegui por primera vez  declaró “los elementos de izquierda que en el Perú concurrimos a su formación (del frente único) constituimos de hecho y organizaremos formalmente un grupo o Partido Socialista, de filiación y orientación definidas (…)”,  y para no dejar dudas agregó  “es evidente que estas conclusiones no nos permiten prestar nuestra cooperación a la creación del Partido Nacionalista que (…) anuncian como una decisión del grupo de México”.
   
-         Mientras tanto, aproximadamente  en febrero  de 1928, Julio Portocarrero acompañado de Armando Bazán, viajó al  V Congreso de la Internacional Sindical Roja (ISR), realizado  en Moscú entre el 15 y el 24 de marzo de 1928. A su retorno, posiblemente a fines de abril o comienzos de mayo, y después de una breve estadía de paso  por Paris  donde conversó con Rabines y se quedó Armando Bazán,  Portocarrero trajo consigo una  Propuesta del Secretariado de la ISR, en la cual se proponía  “constituir el Partico Comunista en el Perú”.

-         Algunos pocos  militantes del Comité de Lima, del Comité de Paris y del Comité del Cusco, acicateados por esa entrometida e impertinente  comunicación, comenzaron a presionar con impaciencia en el Comité de Lima, para constituir de inmediato el partido, posición apresurada que no era compartida por Mariátegui.

-         Incluso  en su desesperación, algunos de esos “impacientes”, sorprendiendo  con engaños a otros militantes,    convocaron y realizaron a espaldas de Mariátegui una  Reunión en la Herradura el día domingo 16 de setiembre de 1928 (Para justificar la no asistencia de Mariátegui, la convocaron en un islote rocoso, que era un lugar inaccesible para un hombre que se desplazaba en silla de ruedas). En esa reunión conspirativa,  ellos llegaron a cuatro acuerdos (ver libro de RMT, pag.397), puntos que en lo fundamental no fueron aprobados en la reunión del 7 de octubre en Barranco.

-         En La Herradura  el día  16 de setiembre, a espaldas de Mariátegui,  acordaron “constituir la célula inicial del Partido, afiliado a la III Internacional, y cuyo nombre sería el de Partido Socialista del Perú”. Mientras que, en Barranco el 7 de octubre, a propuesta de Mariátegui, se aprobó “dejar constituido el grupo organizador del Partido  Socialista del Perú”. Así, la fundación del partido  quedaba postergada  hasta la realización del Congreso. 

-         El 16 de setiembre en La Herradura acordaron “afiliar la célula inicial del partido a la III Internacional”. El 7 de octubre en Barranco, no se aprobó esa afiliación, decisión que a iniciativa de Mariátegui fue postergada hasta marzo de 1930.

-         El 16 de setiembre a espaldas de Mariátegui acordaron que “El Comité Ejecutivo del Partido Socialista estará formado por la ‘célula secreta de los siete’”. Por el contrario, el 7 de octubre, no se constituyó ningún “comité ejecutivo” del Partido, sino “el grupo organizador” del Partido. Mariátegui no aceptó, ni se integró, a ninguna célula secreta organizada a espaldas y al margen del partido en formación. Mariátegui desechó esa  propuesta, que era totalmente ajena a su estilo de trabajo. Sin embargo, en nuestro medio, todavía hay quienes reivindican la Reunión de la Herradura y propagandizan a la “célula secreta de los siete”, lo cual no hace sino comprobar la total confusión en la cual ellos se debaten, y no solo eso.
 
-         Mariátegui, desde su retorno al país,  concebía  el trabajo de formación del partido, como una tarea a largo plazo. En carta dirigida a Rabines el 31 de diciembre de 1928, cincuenta días después de la Reunión de Barranco, le dijo “No le he escrito en espera de conclusiones definitivas que comunicarle. Pero usted sabe lo difícil que es aquí concluir algo”, y cosa curiosa, en esa carta Mariátegui no le informó a Rabines  sobre el desarrollo de la Reunión de Barranco (ver Correspondencia, Tomo II, pag.490). Si el 7 de octubre se hubiera fundado  el Partido Socialista del Perú, como algunos todavía suponen,  Mariátegui a 50 días de distancia no hubiera escrito “usted sabe lo difícil que es aquí concluir algo”, por el contrario le hubiera informado “acerca de la fundación”.
 
-         Incluso, varios meses después, el 19 de marzo de 1929, Rabines le escribe a Mariátegui y le consulta “¿Es que han organizado ya algún grupo o núcleo con tendencia y carácter de embrión por lo menos, del futuro partido clasista?” (Correspondencia, Tomo II, pag.531). Podemos observar que seis meses después de la Reunión de Barranco, Rabines, y posiblemente todos los miembros del Comité de París, no estaban enterados de una supuesta fundación  del Partido Socialista del Perú, y algo similar posiblemente ocurría en los comités de las otras provincias y otras ciudades del extranjero.
    
-         En la carta del 31 de diciembre de 1928 Mariátegui le comentó a Rabines, lo que vendría a ser  el secreto de su estilo de trabajo prolongado: “En mi trabajo, en mis proyectos, los plazos, el tiempo, han contado siempre poco. Es, probablemente, por eso, que no comparto esa absoluta impaciencia de algunos de nuestros amigos. Sé que el temperamento criollo es así y me parece que hay que lamentarlo” (ver Correspondencia, Tomo II, pag.490).     

Si pues, hay que lamentar que muchos socialistas saturados del  “temperamento criollo” todavía insuperado, se comporten con absoluta impaciencia, y hoy como ayer, pretendan “constituir”, “reconstituir” o “reivindicar” la organización del partido de clase, al margen del desarrollo de las condiciones objetivas y subjetivas del proceso real de la lucha de clases en el país, y al margen de las enseñanzas del Camino de Mariátegui.

No era mi intención exceder unas pocas carillas al comenzar a escribir este rápido comentario Acerca del Aniversario 86. Por ahora, lo dejo aquí. Pero creo que las primeras conclusiones son muy claras.

1.- La propuesta programática de Mariátegui, aspecto medular del pensamiento  y del camino de Mariátegui, no se aprobó en octubre de 1928, tampoco se aprobó en mayo de 1929 (antes del viaje de los delegados a los eventos internacionales de mayo y junio de 1929), y tampoco se aprobó en las reuniones del Comité Organizador realizadas en marzo de 1930. A partir de mayo de 1930, al constituirse el Partido Comunista del Perú, la propuesta programática socialista de Mariátegui  fue dejada de lado, y por el contrario se acordó un programa nacionalista, en última instancia de inspiración “hayista”,  que es el programa que ha dirigido hasta el presente a todas las facciones del partido comunista sin excepción. 

Mariátegui murió en abril de 1930, sin que se debatiera y acordara la propuesta programática que debía y debe  unificar a los socialistas peruanos. Esa es una tarea pendiente hasta el presente. Su ejecución le corresponderá a la actual generación de  militantes del socialismo peruano, o posiblemente a la próxima generación. Esa responsabilidad y función  está por decidirse. 

2.- En la Reunión de Barranco del 7 de octubre de 1928, se acordó “dejar constituido el grupo organizador del Partido Socialista del Perú”. Ese día no se constituyó el Partido propiamente dicho, sino solamente el “grupo o comité  organizador”, lo cual no fue  poca cosa, sino una tarea de titanes.

La tarea de fundación del Partido Socialista del Perú, del “partido de clase” del proletariado peruano, del primer “partido de masas y de ideas”, también sigue siendo una tarea pendiente. Es muy posible que su ejecución corresponda a los militantes de la próxima generación. Estoy seguro que “en la acción conjunta y la discusión” necesariamente encontrarán el camino a seguir.   

Pero antes que ocurran estos hechos, necesarios e inevitables (programa y organización), los socialistas peruanos previamente tenemos que cumplir un compromiso de honor: Conmemorar dignamente el Centenario del movimiento socialista peruano en el año 2018.

Felizmente, ya contamos con un Documento Base de Estudio y Debate para el desarrollo del centenario, el Capítulo V, Las primeras divagaciones socialistas, del primer tomo del libro de Guillermo Rouillon La Creación Heroica de José Carlos Mariátegui.    

Ese capítulo, Las primeras divagaciones socialistas, me parece que puede ser la mejor fuente de inspiración y estímulo para los nuevos contingentes de socialistas,   y no solo para ellos.

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