miércoles, 15 de abril de 2015

EDUCACIÓN Y MERITOCRACIA

  
  Desde hace algunos años, los gobiernos de turno del Estado, vienen implementando sucesivamente los pesados cursos de abigarrado conocimiento enciclopédico entre los docentes para luego serán evaluados en exámenes que determinara a los que aprueban y desaprueban en el acceso a un cupo en la plaza en el Magisterio o sostenerse en la que ya tienen. Es todo un concurso de quien almacena más conocimientos, que puede desorientar y neutralizar a quienes por los ajetreos de sobrevivencia están impedidos a pensar o a reflexionar sobre un problema tan profundo, como es la educación en el Perú.
  
  Esta situación que año tras año se aplica a los docentes, han terminado por anular toda iniciativa pedagógica- educativa individual y colectiva en el docente peruano; el mismo que se agrega a su paupérrima vida material como espiritual que depende de un sueldo mensual de hambre, que está por debajo del sueldo del mas acéfalo y deficiente de los burócratas de los tantos ministerios que se tiene. Ahora, el mandón mayor del gobierno a través del mandón menor de turno del Ministerio de Educación, soberbia y despóticamente, se frotan las manos ante la dócil, pasiva, obediencia del docente o profesor, que atemorizado por el despido, si reacciona contrariamente a las medidas ordenadas desde lo alto, tiene que entregarse a las más viles extorsiones en el campo intelectual. La educación del hijo del campesino, del hijo del obrero, del  hijo del soldado, del hijo del pequeño y mediano comerciante, del hijo del pequeño o mediano industrial peruanos, el pueblo todo, ha tocado fondo. Vive una crisis terminal a tal punto que se les sirve una educación superficial con el calificativo de “excelencia” o “colegios emblemáticos, de alto rendimiento”, “beca 18”. Esta burbuja se  denomina “La meritocracia”. Ojala el maestro peruano reaccione y deja de ser un simple capitulero, contrario a su misión en la historia de forjar hombres de pensamiento y acción para el Resurgimiento del Perú.
 
  Por múltiples razones ligados a su rol de constructor de la historia, el maestro peruano tiene el deber ineludible de plantear realistamente el problema de la educación en el Perú como un problema económico, político, social, partiendo del principio señalado por el Amauta José Carlos Mariátegui, que sentencia: “No es posible democratizar la enseñanza de un país sin democratizar su economía y sin democratizar, por ende, su superestructura política”(7Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana).
  
  Si el capital humano es la más grande riqueza que tiene un país, ¿por qué en el Perú está sumido en la más indignante pobreza y extrema pobreza al extremo de discriminarlo como eterno país  en vías de desarrollo o de tercer mundo? ¿Por qué escasea el trabajo, y los que hay, apenas sirve como estrecho medio para malcomer? ¿Por qué la Salud esta en completo abandono, y lo poco que hace, no sirve sino para prolongar una  penosa sepultura? Por qué entonces soberbiamente se pregona una educación para los títulos con el rotulo de “meritocracia”, “alto rendimiento”, “emblemático”, “beca 18”. Cuando no HAY Trabajo, no hay Salud, menos puede haber Educación, y viceversa. Cuando  a un trabajador se le pregunta sobre su trabajo, dice “hacemos lo que podemos para pasar la vida”. En estas palabras está pintado en cuerpo entero el trabajo esclavizado como medio de vida.          
  
  En el Perú está todo por hacer. Por eso, la necesidad urgente del día es Preparar la Organización en Costa, sierra y Amazonia, para el Cambio Social. El viejo orden social del Perú que se hunde, no puede contener al nuevo orden social del Resurgimiento de un Perú nuevo en el mundo nuevo. Es la lucha por la reivindicación del trabajo como necesidad vital del ser humano. Es el rumbo solidario.
  
  Unámonos todos en la lucha final por el Cambio Social, combatiendo al enemigo común: “el orden social, sus instituciones, sus injusticias y sus crímenes”
 
HFD.
10.04.15

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