sábado, 17 de octubre de 2015

CUATRO CLAVES PARA LA COMUNICACIÓN POLÍTICA EN LAS CAMPAÑAS ELECTORALES (1)



El Nuevo Hacedor de Lluvia

Una lluvia de buenas noticias para tus campañas políticas…

¿Estás listo para emprender un camino de cambios en tu comunicación política y en tu forma de ver, vivir y hacer campañas políticas?
  • Si ya no quieres seguir con las viejas recetas del siglo 20
  • Si estás dispuesto a dejar de lado el marketing político tradicional
  • Si no quieres jugarte el futuro político al cara o cruz de la publicidad electoral
  • Si éste es tu momento para ser ambicioso y cambiar…
Entonces mi curso El Nuevo Hacedor de Lluvia es exactamente lo que necesitas.
Son 4 clases de Comunicación Política que cambiarán tu forma de hacer campañas políticas. Aquí mismo, online. A partir de este preciso momento.

No lo dejes para mañana.

Comienza ahora mismo: la primera clase está disponible desde ya.

Nota: Este Curso es gratuito y sirve como Introducción a los Seminarios Online con Daniel Eskibel

Transcripción de la Clase 1

Nuevo Marco Mental para la Comunicación Política

¿Quién es ese que mantiene la calma, la estrategia y el rumbo de una campaña política? Ese que hace que las cosas pasen, el que ayuda a superar los obstáculos, el que siempre encuentra soluciones, el que marca el camino.

No importa si la campaña es grande o pequeña, si estás en el gobierno o en la oposición. Sea cual sea la situación política: ¿quién es ese protagonista decisivo de las campañas?
¿Y cómo puedes tú transformarte en esa persona?

Soy Daniel Eskibel y ésto es El Nuevo Hacedor de Lluvia, curso de Introducción a mis Seminarios Online. Son 4 clases de Comunicación Política que cambiarán tu visión sobre las campañas políticas.

La Comunicación Política Alejada de la Gente

Las personas de este tiempo que vivimos se sienten lejos de la política. Y nada que intente acercarlas parece tener buenos resultados. Nada. Ni el marketing político ni los mejores spots de televisión ni las declaraciones sorpresivas y altisonantes ni las denuncias ni las agresiones ni las propuestas de gobierno.

¿Sabes por qué ocurre ésto?

Porque la comunicación política se ha secado. Para la gente se ha vuelto seca, inerte, vacía.

¿Por qué ocurrió eso?

Porque la comunicación política perdió su conexión con la gente. Perdió su armonía con la vida de la gente. Perdió su relación equilibrada con la realidad que vive la gente.

Y así se fue secando al sol, perdiendo vida, perdiendo movimiento hasta quedar como una osamenta reseca perdida en medio del desierto.

De esta manera es que la mayoría de las campañas políticas comienzan con ilusión y entusiasmo pero terminan, justamente, predicando en el desierto.

Yo también prediqué en el desierto.

Caminando por el Desierto

Primero recorrí los caminos de la política. Todos los caminos. Fui militante clandestino en medio de una dictadura. Me reuní con anónimos con alias en casas de seguridad. Corrí por las calles escapando de una carga de caballería. Aprendí a eludir seguimientos. Escapé por pocos segundos de patrullas de vigilancia. Sobreviví ileso y libre hasta la democracia. 

Luego pinté carteles y repartí volantes. Hablé puerta por puerta con la gente. Fui dirigente político y legislador. Hablé en asambleas y mitines. Fui protagonista de spots de televisión y de radio. Escribí columnas de prensa y dirigí audiciones radiales. Fui opositor y también ocupé cargos de gobierno. Ataqué, fui atacado, participé en debates y realicé propuestas. Por eso te digo que recorrí todos los caminos de la política.

Aprendí, por cierto. Pero prediqué mucho en el desierto y estuve mucho tiempo atrapado en esa comunicación seca y alejada de la gente.

También recorrí los caminos de la consultoría política, caminos que sigo recorriendo hoy día. Trabajé en campañas municipales, provinciales, legislativas y presidenciales. Conocí Jefes de Estado, ex Presidentes, legisladores, gobernadores, alcaldes, candidatos y figuras políticas de más de 10 países. 

Estuve detrás de escena asesorando candidatos durante debates televisivos. Trabajé con empresas encuestadoras y con publicistas. Escribí guiones para radio y televisión. Escribí discursos. Diseñé estrategias. Acompañé candidatos en recorridos por sus regiones. Dirigí equipos de información. Formé cuadros políticos. Aconsejé caminos para el trabajo en redes sociales. Elaboré eslóganes. Trabajé con profesionales para lograr las mejores fotografías de campaña. Escribí textos para impresos, para carteles y para todo tipo de publicaciones.

Y en estos caminos de la consultoría también aprendí. Pero en los primeros tiempos también prediqué mucho en el desierto y me costó abandonar la reseca senda de la vieja comunicación.

El Hacedor de Lluvia

Nací en 1959. Me titulé en Psicología en 1982. Hice política durante más de 10 años. Y ya cuento más de 20 años como consultor. Ya estuve en ese lugar desierto de la comunicación en el que no crece nada. Y ya pude salir de ese desierto.

Salí transformado porque aprendí algunas cosas esenciales. No se trataba de que no supiera o no tuviera experiencia. De hecho sabía muchas cosas importantes y también tenía una trayectoria. Pero me faltaba algo importante. Y sentía que tenía que aprender más. Y me dediqué a hacerlo.

Aprendí con maestros. Aprendí con libros. Aprendí cursando casi 5 años de seminarios de psicología social, psicología de la comunicación, publicidad y semiótica. Y aprendí de la práctica. En especial aprendí de los errores y de las derrotas.

Aprendí a ser un hacedor de lluvia.

No un mago ni un brujo. De eso nada. Tampoco alguien que hace cualquier cosa.

Le llamo hacedor de lluvia a una persona, ya sea un político o un profesional, que logra que las campañas políticas fluyan con naturalidad, comuniquen con impacto y logren sus objetivos más deseados.

El hacedor de lluvia tiene algo que lo diferencia de otros protagonistas de las campañas. Tiene un nuevo marco mental.

Del Pensamiento Milenario Chino al Psicoanálisis

Para comprender ese nuevo marco mental voy a compartir contigo una historia real que cuenta en uno de sus libros el psicoanalista Carl Gustav Jung.

El protagonista del relato de Jung es Richard Wilhelm, uno de los más importantes estudiosos del pensamiento chino. Para darte una idea de la relevancia de este hombre te diré que fue el responsable de la primera traducción del I Ching, el Libro de los Cambios o Transformaciones. O sea que introdujo esta obra en el mundo occidental. 

El I Ching puede ser usado como oráculo o también como libro de sabiduría.

Y si lo usas como oráculo sus respuestas no son las respuestas al uso en el mundo occidental, esas que te dicen o pretenden decir lo que va a ocurrir. Por el contrario, la respuesta del I Ching suele indicarte los posibles y diversos caminos de acción que tienes por delante. Y te los explica, justamente, con sabiduría. Una sabiduría que visualiza un universo en constante cambio, pero que cambia siguiendo ciertas leyes y principios.

Pues bien, cuenta Jung que Richard Wilhelm fue un día a visitar un pueblo chino que sufría una sequía muy prolongada. Todo el mundo estaba muy preocupado ya que se había hecho de todo para acabar con ella. Rezos, hechizos, magia…Todo lo habían intentado pero nada había funcionado. Lo único que quedaba por hacer era llamar al hacedor de lluvia. Y así lo hicieron.

Cuando el hacedor de lluvia llegó al lugar se bajó del coche, observó a su alrededor, olfateó el aire y respiró profundo. Pidió entonces una casa en las afueras del pueblo donde pudiera vivir él solo. Insistió en que nadie debía molestarle. Y así fue. Nadie le oyó ni le vio por tres días. Al cuarto día todo el mundo se despertó a causa de un fuerte chaparrón. Llovía copiosamente. Incluso, y para deleite de los campesinos, nevaba de a ratos.

Richard, el estudioso del pensamiento chino, se quedó impresionado y rápidamente fue a visitarle. Al llegar le dijo:

– ¿De manera que puede hacer que llueva?

El hacedor de lluvia se burló ante esa idea y contestó:

– ¡Por supuesto que no puedo! Solo llueve cuando todo está en armonía y es necesario que caiga el agua.

Richard le preguntó entonces qué era lo que había hecho. Y el hacedor de lluvia le dijo que eso sí se lo podía explicar.

– Cuando llegué al pueblo, -dijo- vi rápidamente que todos estaban nerviosos y descentrados. Yo mismo enfermé nada más bajarme del coche. Perdí de inmediato mi equilibrio y mi armonía. Y tuve que estar totalmente solo y apartado para volver a equilibrarme. Fue entonces, restablecida la armonía, que llovió de manera natural.

El Nuevo Marco Mental

La historia nos revela una clave del nuevo marco mental que debemos construir para ser hacedores de lluvia en las campañas políticas.

Esa clave está en la armonía, en el equilibrio.

¿A qué armonía me refiero?

A la armonía del candidato o del gobernante consigo mismo.

A la armonía de su equipo de trabajo.

Y muy especialmente a la armonía de la comunicación política de la campaña con los modos de pensar, sentir y actuar de la gente.

Pero de eso vamos a hablar en la próxima clase.

Si desea escuchar la primera clase de Daniel Eskibel puede usted ir a la dirección de abajo:
 

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