martes, 19 de abril de 2016

UN DEBATE QUE RECIEN SE INICIA (6): MANUEL VELÁSQUEZ RESPONDE A FELIPE TORRES





Lamentablemente, la realidad actual nos dice que, en esta segunda vuelta, votar por PPK es decirle NO a Keiko. No hay otra. Decir: ni el uno ni el otro, equivale a decir: quiero que Keiko sea mi presidenta.

Por qué? Quizá por pereza mental, por pobreza espiritual, o quizá porque se sigue creyendo que la revolución viene como consecuencia de la represión, de la miseria económica y moral, pero ya está demostrado que, si no existe un partido verdaderamente revolucionario, un partido marxista forjado en la lucha de clases, con dirigentes probados que gocen de arraigo y prestigio popular, es imposible el triunfo de la revolución. Existe ese partido, existen tales dirigentes?

Por supuesto que no. Por ejemplo, el Frente Amplio, no es un partido sino un conglomerado de grupos o semipartidos, la mayoría de los cuales son electoreros o viven a costas de los los trabajadores, o de alguna ONG. A Verónika Mendoza, recién la está conociendo el pueblo peruano, y falta ver cómo se conducirá en estos cinco años.

En enero de este año, el FA tenía una intención de voto del 2%. Luego de la salida de Guzmán y Acuña es que pudo despegar, pero aún así no le alcanzó para llegar a la 2da vuelta. Sin embargo, ya se consideran la segunda fuerza política del Perú ( no será la tercera? ) y aseguran que el pueblo peruano les ha encomendado la misión de ser oposición a cualquiera de los dos que salga elegido presidente del Perú.

Hummmmm. Será cierto que el pueblo peruano, que no ha votado mayoritariamente por ellos, sino por las dos opciones de la burguesía, les ha encomendado eso y no otra cosa?

Es como cuando el rey decía que su mandato venía de Dios, y que por tanto, no tenía que dar cuentas a nadie.. O, como el presidente Maduro que dice que le dijo un pajarito que nadie oye más que él.

Lo mismo le pasó a Susana; estaba atrás, pero al salir Kouri, pudo emerger y enfrentar y vencer ( ella sí ) a Lourdes Flores Nano. LLegó a la alcaldía limeña, pero no estaba preparada para eso. No tenía el respaldo de las masas, y fue vapuleada por el sistema.

Votar es un acto político. Un acto sencillo pero muy significativo. Simbólico, y a la vez, práctico. No quiere decir necesariamente que concuerde con todo lo que dice, hace o representa tal candidatura. Es sólo una opción. Un acto de la voluntad, tomado con conciencia de ciudadano. Como el ser humano que sólo aspira a lo que puede y debe aspirar toda persona humana, a cumplir bien su jornada, su tarea, su labor.

Yo voy a votar por PPK sin asco, con flema, con pasión, y quisiera que mi voto se multiplique por cien, por mil, por un millón, porque sé que en esta hora es la ÜNICA manera de impedir que la señora Keiko se siente en el sillón presidencial sobre los huesos de todos los muertos de la Cantuta, de los Barrios Altos, sobre la sangre de las mujeres esterilizadas en contra de su voluntad.

Decir ni con uno ni con otro, equivale a decir cobardemente, miserablemente, esquizofrénicamente: quiero que Keiko sea mi presidenta para que el pueblo pueda levantarse, como una masa de parias, de ilotas, guíada por evangélicos predicadores del bien y del mal.

Lima, 18 de abril del 2016.

Manuel Velásquez Rangel.

El 15 de abril de 2016, 14:23, felipe torres andrade andradetorres@hotmail.com [foro_centenario] <foro_centenario@yahoogroups.com> escribió:
 
Se está en contra del modelo económico neoliberal capitalista y sus aplicadores o a favor de ello, esa es la cuestión. No puede haber medias tintas ni neutralidad cuando ambos tienen la misma posición, una posición que no es la nuestra, por lo tanto desde ya se tiene que organizar la oposición a ambos; y el primer paso es organizar, valga la redundancia, el voto de rechazo a Keiko y PPK.

Desde el año 2000 se ha votado por el "mal menor", y ¿Que se ha ganado con ello?. Sólo un ejemplo, el llamado "mal menor" Ollanta Humala arrasó con todos los derechos del sindicato más numeroso del país, el magisterio, al extremo de perder el régimen laboral estable con miles de despedidos. Seguirán implementando esas medidas tanto Keiko o PPk, por lo tanto aquí  tiene que ponerse a la orden del día la madurez de los dirigentes de las organizaciones populares, sindicales  y políticas  de la izquierda para  fortalecer ORGANIZACIÓN, cosa que no han hecho durante estos quince años con el mal menor en el ejecutivo. O acaso, hay temor o miedo de no poder hacer frente a las medidas antipopulares que se avecinan?. Hay que recordar que el verdadero poder está en el pueblo organizado.

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