viernes, 9 de julio de 2010

POR QUÉ CUESTION ELECTORAL




En todo proceso, las causas externas son condicionantes y las causas internas son determinantes para un resultado determinado. Para un proceso electoral, los arcaicos vicios de la política (compra de votos, clientelismo, clonación de células, utilización de células de difuntos, eliminación de células en el listado electoral, manipulación del escrutinio, etc.) son evidentes causas externas respecto al pueblo trabajador que, por supuesto, hay que denunciar y combatir. Pero, aparte, ¿cuáles causas internas determinan el resultado electoral? Esto se puede evaluar en los siguientes aspectos básicos.
1.- ESTRATEGIA ELECTORAL. Así como en la guerra hay acción guerrillera y acción guerrillerista, en la política hay acción electoral y acción electorerista. En 1884, Engels resumió la experiencia electoral del pueblo trabajador en un famoso silogismo: a) premisa mayor: "El sufragio universal es el índice de la madurez de la clase obrera"; b) premisa menor: "No puede llegar ni llegará nunca a más en el Estado actual, pero esto es suficiente"; c) conclusión: "El día que el termómetro del sufragio universal marque para los trabajadores el punto de ebullición ellos sabrán, lo mismo que los capitalistas, qué deben hacer" Es evidente que quien ignora o abandona esta estrategia cae en el electorerismo, y jamás hallará el porqué del resultado electoral adverso.
2.- BASE ELECTORAL. Desde que se restablecieron las elecciones municipales se abrió un amplio campo de acción cívica. De hecho, las elecciones municipales son la base de las elecciones generales. El municipio democrático algún día volverá a ser la célula económica del Estado, pero la elección municipal es ya ahora el "talón de Aquiles" del sistema dominante. No es casual, por eso, que sea desvirtuada y hasta quieran suprimirla de nuevo. Sus resultados son para el pueblo trabajador una visión previa de lo que puede ocurrir después. Por eso, trabajar con cifras en la cabeza, municipio por municipio: electores, mesas, electores/mesa, concejales (ediles), partida/edil-año, y otros parámetros, es la base para cualquier planeación estratégica que se respete.
3.- PLANEACIÓN ELECTORAL. Una organización (cívica, frenteunitaria, partidaria) que participe en la actividad electoral debe tener su propio centro de crítica y preparación. Partir de la realidad (pocas ideas a muchos) en talleres, y de la experiencia general (muchas ideas a pocos) en seminarios, es el estilo de estudio para llegar a todos los niveles del pueblo trabajador. Y la organización de núcleos en cada sector de población económicamente activa (agricultura-industria-servicios), da la pauta de la planeación. Un activista por cada mil trabajadores, ¿cuántos son por municipio? Parecen pocos, pero así como "con una palanca se puede mover el mundo", con una organización convicta y confesa, con voluntad disciplina y entusiasmo se puede mover el país entero desde sus cimientos. Y es que “la organización decuplica las fuerzas”
4.- ESTILO ELECTORAL. De hecho hay tres estilos en el panorama electoral: a) operación avispa, que se desarrolla en torno a la maquinaria oficial y la promesa electoral; b) operación marmota, que despierta de su letargo seis meses antes de las elecciones y recién elabora su plataforma electoral; c) Operación Hormiga, que comienza a trabajar de nuevo apenas pasa un proceso electoral, y enarbola siempre su Programa de Cambio Social. Según sea la siembra, así será la cosecha. Según sea el estilo, así será el resultado.
5.- TRABAJO ELECTORAL. Así como en la lucha armada los bandos son inconfundibles, en la lucha electoral también lo son o deben serlo. La oposición protestataria (protestadora, para reformar el sistema) es diferente de la oposición contestataria (contestadora, para cambiar el sistema) Y la experiencia enseña que esta última tiene su propia Norma Laboral:
1º No integrarse al sistema. La situación actual no admite medias tintas. Esto lo sabe muy bien la reacción. El sistema ha agotado su función de servicio, y por lo mismo se aferra a su función de dominio. El Estado “benefactor” fue un señuelo ante la lucha del pueblo trabajador por un Estado de nuevo tipo. Ofreció mil y una mejoras en trabajo, educación, salud. Apenas se desintegró el “bloque socialista”, el sistema puso fin a su Estado “benefactor” y pasó abiertamente al neoliberalismo (dominio del capitalismo transnacional sobre el propio Estado sea grande o pequeño) Y se quedó sólo con su función de dominio, y en una escala mucho mayor que antes. En el siglo pasado el pretexto era “el peligro comunista del exterior”; en este siglo es “el peligro terrorista del interior” Toda protesta del pueblo trabajador es criminalizada como “acción terrorista” contra el Estado, “contra el gobierno legítimamente elegido” Pero ahora está más vigente que nunca el llamado a “combatir el orden social, sus instituciones, sus injusticias y sus crímenes”
2º Trabajar con proyección de ruptura. Por la parálisis laboral ahora el pueblo se hunde en el desempleo y mendicidad; cada vez hay más pobres y más indigentes y los propios datos oficiales ni lo pueden negar. Es el campo propicio para el promeserismo, para los que no ven en la miseria más que la miseria, “sin advertir su aspecto revolucionario que terminará por derrocar a la vieja sociedad” El promeserismo de la “izquierda democrática”, del “socialismo domesticado” ve en el pueblo trabajador, “en el proletariado la clase que más padece, no la clase que más lucha”
Por eso el activista militante, enfrentando este promeserismo enarbola la moral de productores del pueblo trabajador. Plantea ante el pueblo la cuestión cardinal, el trabajo creador y su diferencia ante el trabajo servil (del esclavo, del siervo, del asalariado) El hombre se dignifica en el trabajo; por eso tiene derecho a reclamar y proclamar no sólo la distribución de lo producido sino la dirección de la producción, cuestión cardinal que el sistema actual, por caduco inepto y corrupto ya no es capaz de garantizar. Tiene derecho a reclamar la educación para este trabajo creador, no para graduar élites de espaldas a la producción. Y tiene derecho a reclamar el cambio de este sistema actual, contra los que aún sueñan con parcharlo y reformarlo. Es la diferencia entre “plataforma electoral” (eventual y temporal) y Programa Reivindicativo (sistemático y permanente)
3º Generar Poder Popular. Esta labor comienza en el municipio (distrito, localidad), y activa las 25 horas del día, los 8 días de la semana, los 13 meses del año. No bien se inicia una actividad, lo que está adelante es el revés y no el avance. Primero, porque la reacción tiene larga experiencia, reúne asesoramiento interno y externo, y trabaja a largo plazo. Tiene visión de conjunto de su precariedad. Segundo, porque la acción tiene poca o deficiente experiencia, no reúne asesoramiento interno y menos externo, y porque es cortoplacista. Al primer revés, cunde el desconcierto y busca culpables en vez de analizar el proceso. Carece aún de visión de conjunto de su potencialidad. Es muy difícil asimilar lo que es trabajo prolongado. Pero la experiencia enseña que “Cien derrotas han sufrido en esos países los partidos socialistas, las masas sindicales. Sin embargo, cada nuevo año, la elección, la protesta, una movilización cualquiera, ordinaria o extraordinaria, las encuentra siempre acrecidas y obstinadas” Y es que sólo la convicción y fe mueve montañas.
¡Sólo así el Termómetro del Sufragio Universal marcará el Punto de Ebullición!
Ragarro
08.07.10

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