jueves, 4 de noviembre de 2010

ALGUNOS DESAFIOS COMUNES EN EL FRENTE IDEO-POLÍTICO Y CULTURAL



Por Grajo Camaso

Las personas comprometidas con el cambio social en el Perú- sean comunistas, socialistas, izquierdistas, humanistas o democrátas- tienen algunos desafíos políticos comunes que es oportuno recordar y precisar, para no olvidar que al margen de las diferencias en política coyuntural existen tareas estratégicas que desarrollar en el frente ideo-político y cultural.

El desarrollo de este frente cultural es una condición sustancial para una renovación profunda de la conciencia social y, por ende, para propiciar un verdadero cambio en el país. Mientras no acometamos con éxito estas tareas será muy difícil obtener y consolidar cambios sustantivos en el terreno político.

No esta demás señalar que este es un listado inicial, un recordatorio incompleto, que ojalá motive a que otros propagandistas lo amplíen y contribuyan a su desarrollo.
1. Desmitificar las piedras angulares del pensamiento ideopolítico neoliberal

Este pensamiento único prácticamente se ha impuesto hegemónicamente a través de los medios masivos de información y manipulan la conciencia social. Entre las piedras angulares se hallan las siguientes:

a) El Dios mercado. El “mercado” se ha vuelto una categoría tan absoluta que ningún político se atreve a cuestionarlo sin el riesgo de ser presentado en los medios de prensa como un troglodita o un “antisistema”. El asunto es grave pues se asocia “mercado” con el “sistema capitalista” como si estos fueran el único “mercado” y el único “sistema” social posible.

Urge inventariar y difundir machaconamente las fallas estructurales del mercado capitalista y de sus leyes económicas que no garantizan ni aseguran ningún bienestar a la humanidad. Por el contrario, son las causas de innumerables injusticias e inequidades sociales.

Un caso ejemplar se produjo cuando ocurrió el terremoto de Ica y en medio del sufrimiento de los connacionales los precios de los alimentos, transporte y materiales de construcción se dispararon hacia arriba, pues de acuerdo a la ley de la oferta y la demanda los incrementos se justificaban ante la escasez y la mayor demanda.

La opinión pública reaccionó de inmediato y condenó el abuso de los “especuladores”, que ciegos en su afan de lucro, actuaban sin misericordia frente al sufrimiento ajeno. Pues precisamente de esto se trata. En que no podemos dejar que las leyes del mercado capitalista gobiernen la vida social y económica a riesgo de ir en contra del más elemental sentido humano y de justicia social.

b) La iniciativa y la inversión privados como motor del progreso y el desarrollo. Cuando los políticos y medios masivos de información oficiales, oficiosos y oficialistas se refieren a lo “privado” excluyen automáticamente una de las modalidades de lo privado que es lo común o lo comunitario. Este es el caso típico, por ejemplo, de la propiedad comunal o comunitaria.

Por eso cuando defienden la sacrosanta propiedad privada no defienden ni un ápice la propiedad comunal. La única propiedad privada que defienden es la gran propiedad capitalista asociada al capital transnacional. Esta es la iniciativa e inversión que les merece consideración y respeto. Por esto, sucesivos gobiernos se han burlado y “han echado tierrita” a los aportes que efectuaron miles de ciudadanos de a pie al Fondo Nacional de Vivienda (FONAVI).

En un país desnacionalizado y saqueado por minúsculos grupos o conglomerados de poder como el Perú los verdaderos empresarios que han hecho patria son millares de micros, pequeños y medianos empresarios que se han fajado en las condiciones más adversas para crear y mantener fuentes de trabajo. Con créditos leoninos, perseguidos por la SUNAT, sin oportunidades de capacitación y promoción, han recurrido a la fuerza familiar, el ingenio y la creatividad para producir y progresar de manera exitosa. En este sentido, el emprendedurismo es una realidad forjada desde abajo en el Perú.

Pero esta iniciativa privada que merece ser apoyada y fortalecida no tiene nada que ver con el saqueo de los recursos naturales que realizan grupos minúsculos que se están levantando en peso al país, enriqueciéndose mediante la extracción de nuestros recursos primarios más valiosos (oro, petróleo, gas, etc.), sin contribuir de manera justa a crear mejores condiciones para el desarrollo nacional.

Son esos grupos quienes terminan -en la práctica- gobernando al país entre bambalinas, al margen de los resultados electorales presidenciales. Son estos grupos quienes ponen el grito al cielo cuando se les quiere cobrar una sobretasa por las extraordinarias ganancias que obtienen y son los que elaboran los decretos legislativos que el Ejecutivo promulga o envía con carácter de urgencia al Congreso para su aprobación.

c) Los tratados de libre comercio como herramientas para el desarrollo. Existe numeroso material que demuestra que los tratados de libre comercio no son verdaderos acuerdos o “tratados” suscritos entre partes iguales sino imposiciones fraguadas con la complicidad de los gobiernos títeres y obsecuentes, no son “libres” porque no se establecen sobre la base de condiciones de equidad en la negociación, y no son solo de “comercio” porque abarcan otras áreas que condicionan el desarrollo autónomo de las naciones menos favorecidas.

Por eso, es importante insistir con la difusión sistemática de los impactos que acarrean dichos TLC, suscritos de espalda a los intereses de la nación; más aún si sus efectos ya se pueden apreciar en países como México, que lo viene aplicando muchos años antes que el Perú.

d) Arrinconamiento del Estado y de su función social. El pensamiento capitalista neoliberal ha arrinconado al Estado a su mínima expresión en aras del libre mercado y la iniciativa privada, pero cuando se desencadenó la crisis financiera, no ha tenido el menor sonrojo en avalar el saqueo de los fondos públicos para salir de una crisis que precisamente el sector capitalista financiero y especulativo provocó.

Las lecciones de la crisis financiera global deben ser insistentemente difundidas a fin de reafirmar en la opinión pública que se trató no de una crisis eventual y pasajera sino de una de las expresiones sistémicas y estructurales de un sistema irracional, que porta profundas contradicciones insalvables, cuyo edificio teórico y funcional ha dejado de coincidir hace mucho con el progreso; y se mantiene por medios de mentiras que intentan ocultar sus inconsistencias argumentativas.

En países como el Perú, donde existen grandes brechas e inequidades, la función social del Estado es muy necesaria, en la medida en que el Estado refleje las necesidades de las clases y sectores sociales comprometidos con un proyecto común de país. Los sectores oligárquicos y la derecha cavernaria fascista y semi-fascista – que no tienen ningún escrúpulo en patear el frágil ordenamiento democrático y llamar a los cuarteles cuando ven peligrar sus intereses- carecen por completo de una visión común de país, no tienen ninguna noción de patria y no les atañe ningún compromiso para superar las enormes desigualdades sociales que caracterizan al Perú. Ellos pueden vanagloriarse de ser uno de los países con mayores atractivos a la inversión privada sin importarles asimismo que tengamos uno de los salarios mínimos vitales más bajos de la región.

La única función y utilidad que le ven al Estado peruano es asegurar las mejores (Ojo: las mejores) condiciones para enriquecerse a costa de nuestros recursos nacionales, atacar y desvirtuar cualquier propuesta política que amenace sus intereses y reprimir cualquier descontento social que ponga en peligro sus negocios particulares.
2. Desmitificar algunas manidos lugares comunes sobre el Socialismo y el Comunitarismo

a) El Socialismo ha fracasado en el mundo. Esto es algo que a fuerza de repetirse como una letanía es tomada como una verdad común. Sin embargo, lo que verdaderamente ha fracasado es el Capitalismo, que no solo está extinguiendo las posibilidades de vida de la humanidad al provocar la crisis global y ecológica, sino que es incapaz de asegurar la alimentación y la salud a pesar de haber logrado hace décadas las condiciones productivas y tecnológicas para hacerlo.

Por lo menos, en el Perú moderno nunca ha gobernado el Socialismo. Lo que se conoce del denominado “socialismo real” es un socialismo burocrático, fallido, una versión revisionista y desnaturalizada del Socialismo que de ningún modo puede suponer su extinción total como posibilidad y vía civilizatoria. Por otro lado, aún es muy temprano para dar por sepultado al Socialismo en la historia cuando vemos revolverse al Capitalismo en sucesivas crisis en Europa, y en no pocos países hay una revaloración del Socialismo, que sin duda sería mucho más atrayente de superar algunos vicios y errores en su aplicación.

b) El Socialismo es retroceso histórico. El Socialismo como propuesta política tiene diversas expresiones y está muy lejos de estar agotado. Por el contrario, el Socialismo -ya sea comunitario, ecológico, pluricultural, etc. -, constituye una alternativa sentida, real y necesaria, frente a la crisis civilizatoria del Capitalismo, incapaz de superar sus contradicciones estructurales.

c) El Socialismo ahoga la libertad y la iniciativa personal. La necesidad de reinventar el Socialismo a fin de corregir sus expresiones históricas, prevenir y atenuar sus desviaciones y desnaturalizaciones, debe acentuar el respeto a la libertad y la iniciativa personal, uno de los fantasmas con los que el neoliberalismo aterroriza respecto al cuco “socialista”. La libertad que el Capitalismo brinda a las poblaciones excluídas y marginales es la libertad de morirse de hambre, mientras que el Socialismo tiene el desafío civilizatorio de plasmar un sistema social comunitario donde a la vez que protege y asegura el bienestar común ofrece las mejores condiciones para el máximo desarrollo personal.

d) Lo comunitario no representa ninguna opción viable para el país. Quienes insisten y repiten hasta la saciedad que lo comunitario es malo para el país nunca han vivido la gratificante experiencia que representa lo comunal. Y esto tiene que ver precisamente con el hecho histórico de que quienes han gobernado el Estado peruano siempre han vivido de espaldas a las comunidades ancestrales, a las que han visto siempre como una rémora y un factor de atraso.

La mirada socialista de José Carlos Mariátegui La Chira se distingue y diferencia precisamente de otras posturas por que el observó en las comunidades indígenas sus hábitos de solidaridad y reciprocidad, los que valoró como un factor de progreso perfectamente compatible con un moderno estado Socialista. Y son precisamente las comunidades campesinas y nativas uno de los actores y agentes sociales que se han colocado a la cabeza de las luchas sociales en defensa de los recursos del país.

Mientras que el Estado peruano – burocrático, opresor, colonialista, autoritario – sigue maniobrando para continuar gobernando servilmente a favor de los intereses transnacionales y funge representar los intereses de la nación peruana, el pueblo enfrenta el desafío de forjar desde las bases un nuevo Estado, de carácter comunitario y verdaderamente nacional, que supere el divorcio histórico entre Estado y Sociedad, entre Problema y Posibilidad, al decir de Jorge Basadre. En este proceso quienes sostienen y levantan la propuesta Comunitaria tienen mucho que decir y aportar.
3. Algunas temas claves para un frente cultural contrahegemónico

Algunos temas claves que la crítica social debería apuntalar son:

* La crisis ecológica y ambiental. La más grave crisis que enfrenta la humanidad es una crisis muy tangible y muy concreta provocada por el sistema Capitalista y agravada por sus “excesos” y su irracionalidad. Esta crisis pasará su factura a la economía y agudizará todos sus males, y el Capitalismo está totalmente incapacitado para responder a sus desafíos que se acentuarán en los próximos lustros de manera dantesca.

* La crisis energética. La matriz energética del Capitalismo tiene un final previsible y catastrófico, cuando se agoten los recursos no renovables como el gas y el petróleo. Las soluciones y alternativas para enfrentar este problema se ven obstruídos por los intereses de lucro de quienes contribuyen a la crisis, se benefician de la misma y no tienen ningún propósito de enmienda.

* El modelo consumista. La irracionalidad del Capitalismo se aprecia de manera ejemplar en los modelos y patrones tradicionales de consumo capitalista llevados al extremo que alienan a la población mundial y han desvirtuado su naturaleza social y humana. El stress, la neurosis, la insatisfacción sexual, la incomunicación son algunas dimensiones de una crisis existencial que la modernidad capitalista agrava cada vez más en falsas ilusiones de felicidad, nunca satisfechas.

* La crisis financiera y sistémica del capitalismo. La crisis mostró la falta de coherencia entre los postulados neoliberales y su pragmatismo oportunista. A esto se agregan la crisis griega, francesa y otras que como oleadas vienen remeciendo el viejo y anquilosado orden capitalista.

* La desigualdad y la inequidad. El Capitalismo no solo crea desigualdad sino que la lleva a niveles cada vez más extremos. Lo importante es explicar que esta desigualdad es consustancial al sistema capitalista. A mayor crisis, mayor enriquecimiento de unos pocos a costa de una mayor pobreza en poblaciones cada vez mayores, carentes de los más elementales derechos que gozaban los trabajadores hace algunas décadas. La explotación descarnada del Capitalismo, sin seguros ni atención médica, sin estabilidad ni contratos de estabilidad coloca a la humanidad trabajadora en una situación extrema que solo la organización política revolucionaria puede enfrentar, canalizar y superar.

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