jueves, 10 de noviembre de 2011

ACTIVISTA HOY


Los mejores guerreros no son agresivos,
los mejores estrategas no son impulsivos,
los mejores vencedores no son belicosos,
los mejores líderes no son arrogantes.

TAO TE KING-68

Actualmente se incrementa el número de grupos que se reclaman del Socialismo Peruano. Hay evidente reanimación de la actividad política, que siempre comienza con reuniones previas de debates internos y avanza luego a reuniones abiertas reivindicativas. Hay activa y fructífera competencia de ideas. Incluso miembros de unos grupos participan en reuniones promovidas por otros grupos, procurando dejar atrás roces y fricciones.

¿Qué lleva a estos grupos y activistas a la situación actual? Por un lado, la situación de nuestro país, del pueblo peruano. Por otro lado, la necesidad objetiva de revertir esta situación teniendo como centro nuestra propia teoría y práctica, aprendiendo de nuestros propios aciertos y errores. No es que el Socialismo Internacional tenga sólo aciertos. No es que el Socialismo Peruano tenga sólo errores. Si planteamientos específicos de ambos guían nuestra realidad actual, bien valen. Si no concuerdan, no hay por qué insistir en ellos.

Los nombres y figuras de Mariátegui, Vallejo, Arguedas, principalmente, sirven de guía y respaldo a los actuales grupos y sus actividades. Sin duda, ellos representan el anhelo de Cambio Social que nuevamente se va concretizando en el pueblo peruano.

Llegar a esta realidad ha costado no poco esfuerzo. Lustros atrás todavía se debatía por nombres y figuras del Socialismo Internacional, quedando en segundo plano el esfuerzo de preclaros guías de nuestro Socialismo Peruano. Este gran paso adelante ya no tiene reversa, vuelta atrás. Es avance muy notorio y promisor en los debates actuales.

Entonces, ahora estamos siguiendo los pasos que dieron los revolucionarios rusos, los revolucionarios chinos, los revolucionarios cubanos, los revolucionarios que pudieron hacer realidad el Cambio Social en sus países al partir de su propia realidad.

En este ejemplo, ¿cómo los hijos del pueblo llegaron a convertirse en Activistas proletarios en sus países? Partiendo de nuestra propia realidad lo comprenderemos mejor.

Comuneros, campesinos, obreros, empleados, profesionales, estudiantes, de otras actividades vitales, en todos ellos hay latente un Activista del Socialismo Peruano. Bien señalaba JCM, que “Una conciencia revolucionaria indígena tardará quizás en formarse; pero una vez que el indio haya hecho suya la idea socialista, le servirá con una disciplina, una tenacidad y una fuerza en la que pocos proletarios de otros medios podrán aventajarlo”

En la actividad diaria los actuales grupos integran a varones y mujeres de esa procedencia. Agrupados o independientes, ellos tienen que afrontar la realidad, sea en la actividad laboral o en la actividad social. Y es sabido que la relación actividad laboral-actividad social indica la posibilidad de aportes del Activista. La actividad laboral es vital para la supervivencia diaria, la actividad social es necesaria para el Cambio Social.

Por oleadas, lustro tras lustro muchos se entregan a ambas actividades. Con el tiempo, la actividad social puede disminuir, pasar a segundo plano, extinguirse; pero la actividad laboral es imprescindible para la vida diaria, mucho más cuando cuesta trabajo conseguir trabajo remunerado. El alto grado de empleo con jornadas extenuantes, empleo precario, desempleo, se expresa en el limitado grado de actividad social. El resultado es menos reuniones y con menos asistencia. Por eso estas actividades, así sean mínimas, tienen su valor al mantener encendida la chispa que en su oportunidad encenderá la flama y volverá a incendiar la pradera.

En este panorama, ¿cómo un hijo del pueblo hace suya la idea socialista y se convierte en Activista del Socialismo Peruano?

Para lograr trabajo remunerado se exige “experiencia mínima” de tantos años, y “edad máxima” de tantos años. Superada esta valla, en la empresa se expresa una aparente identidad de intereses: producir en cantidad-rapidez-calidad-economía. Todo “va bien” y el trabajador recibe su jornal. Pero el empresario le exige más horas de trabajo por el mismo jornal, le suprime el ingreso extra por jornada nocturna, tiene que trabajar sábados, domingos, festivos. Y entonces la identidad de intereses se troca en conflicto de intereses.

El trabajador conversa con otros trabajadores, presentan pliego de reclamos. Vienen los despidos. Y esto ocurre como norma en otras empresas. En el intercambio el trabajador pasa gradualmente del interés de clase a la conciencia de clase. Participa en marchas, manifestaciones, paros, huelgas. Pero su lucha básicamente es aún lucha económica.

Como trabajador, como desempleado, como estudiante, busca el porqué de los males. Escucha, estudia, lee de clases y lucha de clases, y así ingresa en otro nivel, la actividad política. Los que participan en reuniones de diversos nombres, jóvenes y veteranos, varones y mujeres, escuchan con avidez las exposiciones, debates; comentan partiendo de sus propias experiencias de trabajador, desempleado, estudiante.

Viene un proceso electoral y nota que independiente o con su grupo está en minoría ante la política tradicional, y tiene que decidirse por quién votar. El “mal menor” temporal (elegido en “elecciones libres y democráticas”) tiene que concertar con el gobierno permanente (nombrado por las fuerzas económicas dominantes del país)

En unos aflora el desengaño y terminan apartándose de la política con la disculpa de que “todos los políticos son corruptos”, o “¿para qué sirve la política?”

Otros dan el salto de la política tradicional a la política renovadora. Ya con lecturas, estudios, participación en reuniones, conversatorios, seminarios, talleres, con experiencia propia van distinguiendo una política (la del Perú superficial) de la otra política (la del Perú profundo) Y en lugar de seguir aceptando el “mal menor” se deciden a trabajar por la organización política propia de los trabajadores.
Y llegan a la distinción radical. La política tradicional se basa en la renta parasitaria (y sus secuelas de corrupción, despilfarro, burocratismo) La política renovadora se basa en el trabajo, educación, salud (liberación de las fuerzas productivas del pueblo)

Los momentos actuales son de pugna declarada entre ambas políticas, y a nivel nacional, departamental, municipal. Basta preguntar cuántos millones invierte la política tradicional en esos niveles y para qué. (A más regalías en el presupuesto municipal, regional, nacional, más inversión por los candidatos. Es que “del cuero salen las correas”)

Pero tras años, lustros, décadas de insistir, el Socialismo Peruano está centrando los debates actuales. Y el Temario de cada convocatoria va centrándose en cómo entender el primer gran partido de masas y de ideas de toda nuestra historia republicana.

Así se va logrando la criba de la vanguardia, clave para que surjan Activistas guerreros-estrategas-vencedores-líderes, porque no son agresivos-impulsivos-belicosos-arrogantes. Que tienen como norte y guía combatir el orden social, sus instituciones, sus injusticias y sus crímenes. Y ante los que conculcan esta norma básica, la alternativa es:

¡Sigue tu camino, y deja que la gente murmure!

Ragarro
09.11.11

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