viernes, 6 de abril de 2012

"EL DERECHO A LA PEREZA" DE PAUL LAFARGUE


Un comentario sobre "El derecho a la Pereza" de Paul Lafargue
¿Más producción, más horas de trabajo, es igual a más libertad?


Ramón Pedregal Casanova
Rebelión
06-04-2012


La primera condición, sin la cual fracasaría cualquier tentativa de mejora y de emancipación, es el límite legal de la jornada de trabajo. Esta limitación se impone para restaurar la salud y la energía física de los obreros, y asegurarles la posibilidad de desarrollo intelectual, relacciones sociales y acción política. El Congreso propone que la jornada legal de trabajo se limite a ocho horas.” (Primer Congreso de la I Internacional. Ginebra, 1866).

¿Cómo se resuelve la paradoja “a más producción menos trabajadores”?. Paul Lafargue, emparentado con Carlos Marx, dice en su libro “El derecho a la pereza” que la solución no está en el sistema que organiza la minoría capitalista para fortalecerse contra la mayoría trabajadora, si no que tan sólo un modo social superador del capitalismo es capaz de resolver ese dilema de “menos trabajadores, más producción”.

Lafague fue miembro del Consejo General de la Internacional en 1866, y durante la Comuna de París (1871) formó parte en Burdeos del Comité de Apoyo a los Comuneros, por lo que se vio perseguido y debió escapar a España, instalándose en Madrid, donde escribió en favor de reducir el tiempo de trabajo. A los dos años se va a vivir a Londres, donde colabora con Marx y Engels. Tras la amnistía en Francia para los comuneros, en 1880, regresa a París, y allí escribe “El derecho a la pereza”, que sería calificado como “una verdadera máquina de guerra contra la sociedad burguesa y capitalista de finales del siglo XIX”.

Lafargue pone en entredicho que el “amor al trabajo” sea una idea proletaria, y sostiene que ese “amor” forma parte de las armas del dominio capitalista, que ese “amor” es el signo de la instalación de su moral en la clase obrera, y, que una sociedad justa debe reconocer el ocio como tiempo de enriquecimiento personal y social. El trabajo que nos hace máquinas capitalistas anula o limita la vida de la clase obrera. El final de esa minoría tendrá como una de sus líneas determinantes la reducción del tiempo de trabajo. Si el capitalista se apropia del tiempo de los trabajadores porque su finalidad es el robo de la plusvalía que producimos, en una sociedad de justicia social el tiempo libre es el valor, es la riqueza. Sobre el eje principal de lo hasta aquí dicho ya se escribió: “El tiempo de trabajo como medida de la riqueza fundamenta la riqueza sobre la pobreza, y pone el tiempo disponible, libre, como antítesis con el tiempo de plustrabajo” (C. Marx, en Grundisse, 1857-58, vol.II) “De hecho, el reino de la libertad sólo comienza allí donde cesa el trabajo determinado por la necesidad y la adecuación a finalidades exteriores. … La libertad en este terreno sólo puede consistir en que el hombre civilizado, los productores asociados, regulen racionalmente ese metabolismo suyo con la naturaleza poniéndolo bajo su control colectivo, en vez de ser dominados por él como por un poder ciego; que lo lleven a cabo con el mínimo empleo de fuerzas y bajo las condiciones más dignas y adecuadas a su naturaleza humana. … La reducción de la jornada laboral es la condición básica.” (C. Marx, “El Capital”, 1884).

Llegados a este punto les recomiendo dos libros que tratan el trabajo desde dos puntos de vista contrapuestos, “El Principe”, de Maquiavelo, en el que el autor alecciona a su pupilo sobre la necesidad de hacer trabajar, cuanto más mejor, al pueblo para que no tenga tiempo de pensar, y, “La mano invisible”, de Isaac Rosa, novela en la que se expone el trabajo en la sociedad capitalista como forma de vida deshumanizada, como “amor al trabajo”, sumisión, rendición y dispersión de la conciencia de clase, aceptación del embrutecimiento en concreto y asimilación del sistema capitalista. La lectura de “La mano invisible” nos pregunta en qué estado nos encontramos, cuál es el momento por el que pasamos, socaba la fuerza que nos obliga a la trabajar más en pos de la gran mentira: trabajar más nos hará más libres..

¿Con qué nos encontramos hoy? Obra del psoepp-ppsoe: Por Ley aumento de las horas de trabajo. Aumento de la edad de jubilación. Reducción de pensiones. Aumento del coste de la vida. Reducción de salarios. Trabajos basura. Entrega a los financieros del dinero de los impuestos a los trabajadores. Entrega de las empresas públicas a los capitalistas. Pago con el dinero de todos de la deuda de los capitalistas. Eliminación de servicios públicos. Corrupción sin límite, por ley, sin prohibición, para dominar y transmitir su enfermedad en forma de individualismo a los trabajadores. Expulsión de las familias obreras de sus casas. Reducción del derecho de huelga. Despido a gusto del patrón. 1 año de trabajo en periodo de prueba y despido sin indemnización. Eliminación de convenios colectivos. … 5 millones camino de 6 millones de trabajadores en paro, y se disponen a despedirnos a más en base a que debemos producir más con menos. En la puerta de la empresa se encontró a C. fumando un cigarro en su tiempo de descanso:

⁃ ¡Que tengas buen fin de semana!

⁃ ¿Buen fin de semana? No va a ser muy bueno.

⁃ ¿Y eso? ⁃ Estoy harta, harta, ya no se que hacer.

⁃ Lo siento. ¿Te encuentras mal?

⁃ M. me acaba de decir que ya no puede más, que solo de pensar que todo el fin de semana se lo va a tirar trabajando, y otro día, y otra semana, y otro mes, que le dan ganas de echarse a llorar. Y le he dicho: hija mía, aguanta, acostúmbrate lo antes posible, tienes 22 años, te queda todo por delante... Yo ya he llorado ¡tantas veces por lo mismo! –Tiró con rabia el cigarro al suelo, lo pisoteó con rabia y volvió a entrar conforme se restregaba los ojos como si buscase en ella con urgencia un poco más de fuerza, quizás valor, más valor. (Conversación recogida. C. cobra solo media jornada, la otra parte no se la pagan. M. trabaja todos los días del año de 9,30 a 19,30 por 800 euros. M. y C. trabajan con contrato que es renovado continuamente.)

Título: El derecho a la pereza. Autor: Paul Lafargue. Se encuentra en numerosas editoriales.

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