lunes, 7 de mayo de 2012

EL GENIO DE TRÉVERIS


Karl Marx nació el 5 de Mayo de 1818 en Tréveris, pequeña ciudad alemana. Hijo de padres judíos que pronto evolucionaron hacia el cristianismo. Junto con ello, como tantos en Europa, cambiaron sus nombres de nacimiento. Por línea materna tuvo Karl Marx parientes rabinos, lo que quizá influyó en el carácter profético de su vida. Su padre fue un destacado abogado, lo que influyó en Marx para elegir esa profesión, pero enfatizando el estudio de la Filosofía y la Historia, aparte de la gran pasión que siempre tuvo por las bellas letras.

Toda su vida amó a William Shakespeare, a quien leía y recitaba en inglés; luego legaría este amor por el genial poeta y dramaturgo a sus hijas, quienes sabían de memoria grandes pasajes de sus obras. En Das Kapital lo cita, por ejemplo, cuando escribe sobre el dinero. Y también en Los Manuscritos Parisinos.

Marx mismo en su adolescencia escribió poemas que, luego de una severa autocrítica, desechó. Su gran camarada Friedrich Engels también versificó sin fortuna en su natal Wupertal. Ambos estaban hechos para otra cosa, pero conservaron el amor por la literatura y los literatos. Además, sus obras científicas y publicistas, están escritas en una bella prosa, que es característica de los grandes escritores marxistas. José Carlos Mariátegui por ejemplo.

Engels decía que para resumir los tres tomos de El Capital se tenían que cumplir dos condiciones: un conocimiento profundo de la economía política burguesa y un dominio absoluto de la lengua alemana.

En la Universidad de Berlín, donde fue a continuar sus estudios, Karl Marx tuvo que vérselas cara a cara con la Filosofía de Hegel que reinaba en esas aulas y en toda la ciudad. Al comienzo no le hizo ninguna gracia el estilo denso, oscuro, del gran pensador alemán. Pero luego de haberle hincado sus dientes filudos y fuertes, empezó a disfrutar de su "bella melodía pétrea".

De Hegel va a tomar, entre otras muchas cosas, el método dialéctico, que en Marx va a ser, por oposición, materialista. Pero no es un materialismo mecánico, burgués; sino un materialismo dinámico, vital.

Otra de las cosas que toma de Hegel es el concepto de enajenación o alienación. En El Capital lo usa constantemente como cuando se refiere a la imagen enajenada de la mercancía ( el dinero ), o cuando escribe que el dinero puede enajenarse como medio de compra real...etc., Se podría decir que Hegel desarrolló la enajenación filosófica, Feuerbach la enajenación religiosa y Marx la enajenación económica, pero esto quizá sería simplificar demasiado las cosas.

Pero Karl Marx no sólo fue un científico, sino un político, y no uno cualquiera, sino un político proletario. El medio para iniciarse en la política fue el periódico, y los debates que se suscitaban con relación a la censura en la prensa. Sus artículos de combate aparecían en la Gaceta del Rin del cual llegaría a ser Director. Tenía 24 años y cada salida del periódico era una lucha contra la censura del gobierno prusiano. Finalmente, al ver la cobardía de los burgueses accionistas del diario, optó por renunciar al cargo no sin antes despedirse con una última edición por todo lo alto.

Karl Marx tuvo la dicha de casarse son su primer y único grande amor: la bella y muy solicitada en los bailes Jenny Wesfalen. Cuya familia, si bien estaba emparentada con el absolutismo, también tenía una parte importante que había luchado contra él. Su padre, por ejemplo. Marx y su suegro siempre se llevaron bien, y se apreciaban mutuamente.

Su luna de miel la vivieron en París donde Marx se había trasladado para dar vida a una nueva revista: Los Anales Franco-Alemanes, que era un intento de unir lo mejor de los intelectuales franceses y alemanes para dar vida a un nuevo espíritu. Como dice certeramente Kautsky: el destino de Marx, su sino, era la síntesis.

Y París fue el laboratorio donde se mezclaron lo mejor del socialismo utópico francés, la filosofía clásica alemana y la economía política inglesa. A esto último contribuyó su coetáneo Friedrich Engels con su Crítica a la Economía Política, que fue el artículo que publicó en Los Anales Franco Alemanes.

No se conocían personalmente. Así que en setiembre de 1844 Engels visitó la Ciudad Luz por espacio de diez días. Podríamos decir, con Jhon Reed, que fueron diez días que estremecieron al mundo. Y ciertamente, después de esta unión personal, el mundo no volvería a ser el mismo: había nacido una nueva manera de mirarlo, de sentirlo, de transformarlo.

Marx llegó a la nueva concepción del mundo por la vía filosófica, Engels por los rieles económicos, y ambos por el socialismo. Todo sería uno. Uno sería todo. Había nacido el Marxismo.

Han pasado 194 años desde su nacimiento, y el Capitalismo que él estudió y analizó al detalle, que él desnudó para mostrarlo tal cual es, que él supo combatir sin desesperación, aún sigue en pie en su fase de globalización (que Marx llegó a entrever), pero también -y esta es la tarea que nos compete a los marxistas de hoy realizar- está en pie cada vez más fuerte y rozagante, el Movimiento, la Idea, el Método, la Doctrina que lo ha de sepultar.

Que estos seis años que faltan para el Bicentenario de Marx nos permitan unirnos en un haz que ilumine la noche oscura del pueblo peruano y que corte las raíces del mal.

Viva el Bicentenario de Karl Marx!
Viva el Socialismo Peruano!
Viva la Cuarta Generación!

Lima, 5 de Mayo del 2012.
Manuel Velásquez Rangel.

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