lunes, 25 de marzo de 2013

MATERIALES PARA EL BALANCE DE LA REVOCATORIA: RAÚL WIENER




LA PARTE DURA DEL BALANCE

La lección más amarga de la revocatoria es que Fuerza Social nunca fue una fuerza y menos social, pero imaginó que una victoria que le cayó en las manos era una demostración que su propuesta de ser los nuevos de la izquierda había llegado a los electores. Esto le hizo olvidar el desastre del 2006 cuando rasparon el 0.5% y persistir en el concepto de que representaban una nueva tecnocracia capaz de asegurar un buen gobierno.

Nada de esto fue cierto y la factura que se le ha pasado al partido de las chalinas verdes es alta, no sólo por los regidores revocados sino por el injusto trato al que fueron sometidos en el proceso que culminó el 17 de marzo. Para las elecciones municipales de 2010, el partido de Villarán pareció revalorar su posición de distancia respecto al resto de la izquierda e hizo una confluencia amplia, la que sin embargo entró en crisis cuando la lidereza se desembarazó de su aliado Patria Roja en el camino a las presidenciales.

Desde ahí la posición de Fuerza Social ha sido ambigua respecto a si caminar o no al lado de la izquierda, o si asumir la condición de acompañante del centroderecha democrático. La izquierda fuera de Fuerza Social ha sido generosa en su apoyo sin condiciones a la alcaldesa, en el trabajo de bases, en las organizaciones sociales, en la obtención de recursos, pero eso se ha hecho muy poco visible en los mítines de cierre y victoria en los que los agradecidos eran los de otros partidos, algunos de los cuales se limitaron a decir que eran del No y después no hicieron nada.

La idea tecnocrática, a su vez, tiene la misma raíz que la que domina al Perú desde los años 90: sólo que una cosa es quedarse con el staff neoliberal que ya estaba metido en el Estado, como hizo Ollanta, que insistir en su propio equipo como intentó Susana, lo que en medio de los ataques le hizo imagen de amiguismo que dañó su gestión. La derecha por supuesto dice que el problema era que no se quedó con los anteriores gerentes, cuando lo que faltaba era liderazgo es decir conductores directos con vínculos sociales, y no meros profesionales detrás de sus escritorios.

Finalmente, si es cierto como dice Sinecio López, que lo que manda es la política, la pregunta inmediata es qué política le va a seguir a un resultado como el del último domingo. ¿Se lanzará la alcaldesa a recuperar los conos no sólo con obras sino con movilización social?, ¿o irá a un reparto de gerencias con el PPC o independientes para administrar las grandes inversiones? La respuesta está por verse. 

23.03.13


SIGUIENDO EL BALANCE DE LA REVOCATORIA

Sobre 42 distritos que componen la ciudad de Lima, 23 votaron por No y 19 por Sí. La fuerza del Sí se concentra en 9 distritos de conos que alguna época fueron de la izquierda y en tres de Lima antigua (La Victoria, Rímac y El Agustino). Además siete distritos de los balnearios del sur y norte, muchos de ellos de escasa votación. El No triunfa en 6 distritos de conos  y en 16 de la Lima tradicional, donde se encuentran el Cercado y la mayor parte de los habitantes de los estratos A-B y parcialmente de C. Adicionalmente gana en dos balnearios del sur.

En 18 de los distritos del Sí se constata una votación cerrada por esta opción, ya que se “revocan” tanto a la alcaldesa, como a los regidores de todas las tendencias, incluidos los del PPC y al hijo de Castañeda Lossio. Sólo en Santa María del Mar, distrito con poco más de 500 votantes, se aprecia un resultado en el que el Sí gana en alcaldía y regidores de Fuerza Social y el No en el resto de la cédula. El No es uniforme en  12 distritos, de manera que no se “revoca” a nadie, ni al hijo del mudo. En estos distritos están los tradicionales bastiones del PPC, que no votaron por Susana en el 2010, como Miraflores, San Isidro, La Molina, Surco, San Borja, Magdalena, San Miguel, Pueblo Libre, Lince, Barranco, Chaclacayo y Surquillo.

En otros casos se repite el escenario con la diferencia de que se revoca al mudito, es decir hay una selectividad en ese punto básico: Cercado, Chorrillos, Breña, Los Olivos, Lurigancho (Chosica). Finalmente hay casos especiales como San Juan de Miraflores donde gana el No a Susana y el Sí para todos los demás y Punta Hermosa que es el único lugar donde los “revocados” se reducen a los de Fuerza Social. Reflexionando sobre todos estos datos aproximativos se puede anotar que hubo una fuerte disciplina de voto por todo Sí y también por todo No. Ese es el aspecto principal de la votación. Salvo San Juan de Miraflores, no se ve correcciones sustanciales en las propuestas en juego por parte de los electores.

Entonces, ¿cómo explicar que 19 regidores de Fuerza Social terminen en la cuerda floja, junto al ya revocado Castañeda Pardo y el otro de Solidaridad Nacional que posiblemente también salga? La pregunta plantea un misterio pero tal vez ingrese una suma de factores: (a) intencionalidad política (en cada distrito histórico del PPC hay una pequeña fracción de votos de Sí para los regidores de Susana superior a la de los partidarios de Lourdes); (b) votos en blanco (son mucho mayores a partir del casillero 21 de la cédula, lo que se ve más en los distritos de Sí que en los de No); votos de No que sólo fueron para Villarán, dejando el resto de la cédula en blanco.

22.03.13

UN BALANCE DE LOS PRIMEROS RESULTADOS

Los mismos que aseguraban que los electores peruanos eran electarados y que no tenían remedio porque eran capaces de elegir a un mono como presidente, están ahora intentando hacer una explicación sobre el supuesto éxito de los revocadores en quitarle a la alcaldesa su bancada de regidores y demostrar así que Lima no es izquierdista. Todo el mundo sabe, por supuesto, que el plan que se puso en marcha no era ese, sino recapturar el control del Concejo Metropolitano revocando a la alcaldesa y a todos sus regidores, para forzar una nueva elección y que ese proyecto se hundió.

De ahí que hay la otra explicación que es la del “abrazo del oso” (o la osa), que asegura que Lourdes afirmó su apoyo a Susana y por lo bajo ordenó un No recortado que implicaba tumbar a los regidores de Fuerza Social y aislar a la alcaldesa para tenerla a su merced. A primera vista uno puede concluir que ha operado un ingrediente político-ideológico para escoger dentro de 40 a 19 de la confluencia que apoyaba a Villarán y a dos de Solidaridad de Castañeda.  El error es creer que este ha sido el gran voto limeño, cuando lo que ha funcionado es el típico mecanismo que también opera en el voto preferencial, en el que una amplia mayoría define la tendencia principal y una estrecha minoría pone los nombres.

El estudio de los datos que ofrece la ONPE que todavía tiene por contabilizar 45% de las actas donde están en juego más de 2 millones de votos, indica que el gran tema que estaba en el debate era la permanencia de la alcaldesa, por eso es que ella recibe los mayores votos de Sí y de No, siendo que por ejemplo la diferencia entre los No de Susana y los de Zegarra y Glave, de su mismo partido, es de 135 mil y 145 mil respectivamente, pero también los supera en cantidad de Sí en 33 mil y 37 mil votos. Esta es la tendencia además en el resto de regidores casi revocados de Fuerza Social. La conclusión es que hubo poco más de 150 mil electores que decidieron ponerse en blanco y más o menos 80 mil en nulo, respecto a este sector político, favoreciendo que unos 30 mil votantes promedio los lancen a la calle.

Para el PPC, sospechoso de manipular la contienda a su favor, hay que decir que tomando también a dos casos representativos (Secada y Valenzuela), lo que se haya es que quedan a mayor distancia del No de Susana que los regidores de Fuerza Social. En un caso es 195 mil y en el otro 199 mil. Lo que los salva es que tienen menos Sí que los oficialistas y una barbaridad de blancos 342 mil para Secada y 345 mil para Valenzuela. Es difícil pensar que esto haya sido planeado minuciosamente. Volveremos mañana sobre el asunto. 

21.03.13
www.rwiener.blogspot.com

SÍ HUBO PERDEDORES EL 17-M


Los revocadores desarrollaron durante casi dos años un sistema de desprestigio y mentira contra la alcaldesa de Lima que les permitió aglutinar una gran cantidad de descontentos. Pero al mismo tiempo generaron una respuesta en muchos sectores que sentían que había abuso y manipulación, lo que a la larga terminó volteándoles el partido. Este es más o menos el resumen apretado de lo que pasó el 17 de marzo. Los aciertos y errores de la campaña de cada cual tienen que ver no con marketing, sino con la comprensión de este proceso.

El resultado ajustado y contradictorio, refleja un comportamiento electoral que no fue anticipado por nadie. De un lado, el Sí que apuntaba a la cabeza de la gestión municipal fracasó en su propósito y levantó anticuerpos contra sus líderes, más fuertes que los que ellos trataron de inocular en contra de la alcaldesa. Castañeda sale así casi liquidado como factor político en el país y Marco Tulio parece que va a perder mucha chamba como revocador al no haber detectado el cambio de tendencia de último momento que fue justamente el tiempo en que hizo sus peores torpezas. El APRA finalmente falló en el intento de reactivarse con la revocatoria como factor de arrastre.

De otro lado el No, que pareció haber encontrado la varita mágica en la oferta de un gobierno municipal de ancha base, compartido entre Fuerza Social, el PPC y otros sectores, que se dice fue el valor agregado para el triunfo de la alcaldesa, se encontró de pronto que había sido objeto de un voto complejo a través del cual una fracción significativa del electorado decidió salvar a la doña, pero al mismo tiempo cortar la cabeza de sus regidores. De esta forma la “ancha base”, se quedó sin partido eje que responda directamente a la alcaldesa, o si se quiere la han dejado sola entre posibles futuros aliados y numerosos adversarios.

Esta configuración nadie la esperaba y menos calculó sus implicancias. A Susana ahora le están diciendo que mantenga la ficción de que sigue siendo el mismo gobierno, pero en realidad no va a tener mayor poder para dirigir lo que le queda en el Municipio. El mensaje es más duro aún porque le quita el ímpetu ganador de las primeras horas, que era la energía de la que podía valerse para cubrir los siguientes meses. Por eso la fórmula “Ganó Lima, no perdió nadie”, resulta bastante vacía, ya que obviamente hay tremendos perdedores como Castañeda, el APRA y hasta cierto grado el fujimorismo, pero también la izquierda moderada y la más radical que se jugaron por Susana.

Razón había cuando se dijo que la revocatoria era la caja de Pandora, de la que saldrían las plagas más indeseables. Esperemos que de una victoria con tantos claroscuros venga algo bueno. Vale siempre tener esperanzas.      

19.03.13
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