miércoles, 1 de abril de 2015

LA POLÉMICA FLORES - DEGREGORI (LIBIOS CONTRA ZORROS)





     Por Gran Combo club - Publicado el 27-09-2011
    1   El desigual debate
 
Degregori respondería a “Buscando un Inca” con “Del mito mariateguista a la utopía andina”, pero no lo publicó pues Flores murió cuando aquél acabó de escribirlo. Inicialmente elegante de parte de Degregori, pero su texto igual circuló, sin dar oportunidad a los libios (que ya casi no quedaban) de responder. Flores quedó en algunos círculos como una suerte de pro -senderista1 , lo cual posiblemente le venía bien a alguna izquierda que quería “memoria” para otras cosas, menos para su propio pasado pro-insurgente. El punto de vista libio quedó no sólo debilitado, sino excluído y estigmatizado2

El mito del Inkarrí, según Degregori, había sido desplazado ya hacía décadas por el “mito del progreso”, con la educación, el comercio y el trabajo asalariado, ver aquí, cual era el discurso de los investigadores del IEP en los sesentas, muy en contraposición con intelectuales como Arguedas y sus seguidores, supuestamente aferrados a una visión del Perú que no correspondía a la realidad ni a las aspiraciones del pueblo peruano3 .

Varios de los exponentes libios, como Portocarrero y Manrique,  que en los ochentas querían ser “más revolucionarios” que Sendero Luminoso, se zorrearon en el camino. Casi solitariamente Wiener se mantuvo libio, debatiendo con los neo-zorros (varios ex-libios) de la CVR, que nuevamente reagrupó desde el estado y el financiamiento internacional a los dirigentes políticos de las izquierdas (los que no pudieron reagruparse para las elecciones de 1990, pero sí para el primer gabinete de Fujimori).

Hoy lo que queda en estos sectores de izquierdas intelectuales y de élites es un horizonte zorro, muy en la agenda de EEUU (“el imperialismo es un mito” diría Gonzalo Portocarrero45 en su época más libia), como que varios han sido destapados como entusiastas colaboradores de la embajada USA por los Wikileaks, con algunos ramalazos verbales libios de vez en cuando.

Con la muerte de Degregori, el terreno con Flores se ha emparejado y procedería la publicación de su texto inédito. Así más gente podría intervenir en un debate que ya ha venido ocurriendo en algunos círculos, como este: Taller de lectura “Otra vuelta de tuerca: revisitando la izquierda”. III sesión.

    2.      Retomando del debate

Al respecto este trabajo de Carolina Garay (persona joven6 , que seguramente no vivió ese momento histórico del país, evidentemente con mayor influencia de parte de Carlos Iván Degregori, como que es del IEP) es muy sugerente y tiene la virtud de replantear el debate en y desde el presente.

Otro conato de debate se dio entre el politólogo Martín Tanaka, aquí:

Leer los viejos textos de Degregori hoy muestran lo acertado de sus intuiciones, y cuánto han envejecido visiones alternativas, en su momento muy influyentes, como las de Juan Ossio, Alberto Flores Galindo o Gonzalo Portocarrero, entre otros. (Nótese el juego de palabras de Tanaka: “acertados viejos textos” vs. “envejecidas visiones alternativas, en su momento influyentes”.) y el historiador Ricardo Portocarrero, quien reacciona ante las acusaciones hechas a Flores aquí y mejor aquí:

Martín Tanaka [nos quiere hacer creer]* nos da a entender en sus artículos del diario La República (20 y 27 de febrero de 2011), que el debate sobre lo andino y Sendero Luminoso se encuentra entre las viejas posturas y las recientes investigaciones sobre el tema. Se trata más bien de una vieja polémica que data de los años 80, donde los argumentos presentados por Tanaka no son nada nuevos. Más bien, se trata de repetir viejos prejuicios. A pesar de haber muerto hace casi 21 años, un 26 de marzo, Flores Galindo puede responder por sí mismo.

Tanaka absolutiza la posición de Degregori contra Flores y las respuestas de Portocarrero son citando los textos de Flores, sin elaboraciones adicionales, pues posiblemente considera que Flores fue lo suficientemente claro en su respuesta.7 (Actualización: 21 de septiembre de 2013. O tal vez sea que no hay ninguna elaboración posterior del pensamiento “libio”, más que repetir lo que ya se dijo, en contraste con el pensamiento “zorro” que ha seguido recreándose, difundiéndose y convirtiéndose en consensual.)
Claro, faltaría aún rastrear las resacas políticas del debate de los 80s en los 2000s, en particular a partir de la CVR que sacraliza el punto de vista zorro, cuyos partidarios dirigieron y poblaron esa comisión estatal (y participaron activamente en el gobierno de Toledo), y en el presente, pues zorros como libios parecen reagruparse, en diferentes momentos, alrededor de la campaña y luego el gobierno de Ollanta Humala.

    3.      ¿Realmente perdió Flores?

El punto de vista zorro, si bien perdió en tiempo real, pues los libios fueron siempre mayoría en el PUM, fue finalmente el consensual, tan así que muchos ex-libios lo adoptaron. Claro, le rinden homenaje a Flores, como cuando Teng Hsiao Ping le rendia homenaje a Mao, pero no hay un rescate de su pensamiento en relación a esta polémica y menos de sus propuestas. No pasan de tratar a Flores como un florero.

En el post Pascuas y Flores mencioné varios puntos en los que Flores Galindo tuvo más visión que sus críticos contemporáneos y actuales. Flores se sometió a que el pensamiento crítico se aplique a su generación, mientras que sus detractores zorros no lo hicieron. Fueron más autocomplacientes y menos modestos que Flores. Flores reclamaba a los jóvenes recuperar la capacidad de indignación. Completamente vigente. Más aún, Flores diría:

Nadie se atreve a decir que hay gran cantidad de muertos, ejecutados inocentes por las fuerzas represivas. No se lo puede decir en público, sin romper y colocarse fuera del “orden democrático”. 

Y era cierto, hubo gente que recién habló fuerte con la CVR, pero no lo hizo en tiempo real, como sí lo hizo Flores, particularmente en “Violencia y campesinado” escrito con Nelson Manrique.

No sólo eso. Como señalé en el post mencionado, Flores previó que el Perú iría camino a ser una “sucursal norteamericana”: “Cuando Flores Galindo se preguntó en su testamento si el Perú iba camino a ser “una sucursal norteamericana”, ese mismo año, 1989, los Estados Unidos instalaban una base militar en la selva peruana. Hoy la “sucursalización” va mucho más avanzada.” No sólo abarcando al país en sí, sino a buena parte de la (ex)izquierda de los ochentas, generosamente financiada por USAID, NED, Soros, NDI, IRI, etc. y más comprometida con esta sucursalización de su país.  En palabras de Flores:
Esta izquierda oficial empeñada en participar en las elecciones y en los mecanismos tradicionales de poder, se aleja del movimiento popular, es étnica y culturalmente distante de las mayorías populares. No puede sentir como ellos y no los incorpora en los cargos dirigenciales. Pero no es tampoco homogénea. De una izquierda que hace algunos años se pensaba toda revolucionaria se han ido desgajando y delimitando algunos sectores. Uno transita hacia la derecha o el Apra.

Y dicho y hecho, unos que otros se fueron al Apra y varios a las derechas.

    4. ¿Planteó Flores a Sendero como manifestación de la utopía andina?

Degregori acusó a Flores de tal cosa:

“Esta justificación tácita pasa por considerar a SL como una de las manifestaciones actuales de la utopía andina, y por otorgarle el monopolio de la esperanza”

Sin embargo, Flores no dudó en calificar a Sendero de “criminal”:

Tenemos también a Sendero Luminoso y al MRTA, uno transitando a la acción criminal, y el otro insuficientemente creativo y sin propuesta social. Está también la izquierda unida en el centro, entre uno y otro. 

No es que Degregori no haya dicho cosas similares con Flores en vida, pero al parecer aquél radicazó sus términos en su trabajo inédito. Fácil es endilgarle cosas a alguien cuando no puede defenderse y sus ex-seguidores se quedan callados. Posiblemente las nuevas generaciones se la crean, y parece ser que es lo que ha ocurrido. Sin embargo, es interesante que quede como evidencia que el libio Raúl Wiener escribiera un folleto en que compilaba su deslinde con Sendero Luminoso. Eran los debates que sostuvo desde la revista Amauta, del PUM, con el Diario, de Sendero, incluyendo la condena del aseesinato del sindicalista del PUM Enrique Castilla, ver   aquí. Estas acusaciones contra Flores no son nada justas. Lo que ocurre es que a pesar de todo, Flores se mantuvo en la apuesta de un Perú socialista, por definición anti-imperialista, mientras sus críticos optaron por todo lo contrario. Una inocultable verdad. (Claro, el Flores de “La Agonía de Mariátegui” es bien recibido por todos estos sectores, en particular por Degregori que consideró a “La Agonía” y no a “Buscando un Inca” como el mejor libro de Flores. El Flores de “Buscando”, que visualizaría como Valcárcel una tempestad en los Andes, habría sido todo un terruco. Qué injusticia.).

Por el momento lo dejo aquí, pero repito: sería bueno que se publique el texto de Degregori, para que el debate se pueda replantear en forma abierta y todos, no solamente un grupo, tengan la posibilidad de sacar sus conclusiones.

[Este post salió publicado en la página Facebook del Gran Combo Club, aquí, el domingo 25 de septiembre de 2011. Se reproduce aquí una versión corregida y aumentada.]

Alberto Flores Galindo y Carlos Ivan Degregori: líderes intelectuales del pensamiento libio y zorro, respectivamente.

Degregori criticó a Flores en un texto que quedó inédito por la temprana muerte de Flores. Degregori tuvo tal elegancia hacia su adversario ideológico. Sin embargo, en el momento actual procedería que ese texto, que sí ha circulado privadamente, sea publicado.
  1. Ver esta tesis de MARCOS SORRILHA PINHEIRO en que discute la acusaciones de “senderista” y “neo-indigenista” que se le hicieron a Flores []
  2. Vargas Llosa con su “Utopía Arcaica” también desvalorizó a Flores, ante el silencio izquierdista o la abierta parcialización con Vargas Llosa []
  3. En realidad, el debate Flores-Degregori reedita el debate Arguedas-IEP, con una posición pro-arguediana, de Flores, más articulada y fortalecida. Flores debatía, no por coincidencia, al igual que Arguedas, con gente del IEP. (En los ochentas Flores había dicho que el IEP era una suerte de nuevo “Instituto Riva Agüero” aludiendo al conservadurismo de ese instituto.). En particular, el “testamento” de Flores puede verse como una versión más a la ofensiva del discurso de Arguedas en la mesa redonda del IEP. []
  4. Lo diría en una entrevista a La República, y verbalmente, en al menos una conferencia en la Izquierda Unida, de San Miguel. Sin embargo, en el capítulo 2 de “El Perú desde la escuela”, escrito con Patricia Oliart, se aprecia bien el punto de vista de Portocarrero sobre el imperialismo. []
  5. Y claro, después de tanto asimilar la desconfianza intuitiva del pueblo a quienes vienen de arriba y de afuera vendiéndoles espejuelos de vidrio a las historias de pishtacos y sacaojos (producto en parte, según Portocarrero, del marxismo) no tuvo ojos para ver las esterilizaciones forzadas impulsadas por USAID en el Perú. Bajo su visión cualquier desconfianza hacia algo así como un programa masivo de esterilizaciones venido de afuera quedaba asimilada a prejuicios xenófobos, de larga data en la tradición oral peruana. []
  6. Algo que parece repetirse en las nuevas generaciones es poner lo de las anteriores en términos de “fracasos”: Garay concluye que la generación de los libios y zorros fracasó porque no cumplió sus objetivos. Bajo esa lupa tal vez se podría decir que la generación anterior, de los cincuentas, fue exitosa pues sí logró reformas antioligárquicas en los setentas, partiendo de una situación desventajosa, por la persecución, la convivencia y unas izquierdas reducidas, con dirigencias inmóviles. Sin embargo, los involucrados de la generación de los setentas, en particular los zorros, seguramente dirían que sí tuvieron éxito en luchar contra la dictadura militar y la de Fujimori y enconsolidar la democracia en los ochentas y dos mil. Como para un análisis aparte. []
  7. El texto de Flores citado por Ricardo Portocarrero responde así:
Frente a un fenómeno como el senderismo no existe la posibilidad de estudiarlo o analizarlo; sólo cabe la condena más rotunda, hasta bordear en el reclamo de la pena de muerte. Con unos o con otros. No hay término medio. La lógica del terror o de las zonas de emergencia traspuesta al mundo universitario. Si un autor no muestra que a lo menos escribe desde el poder, razonando como si fuera un miembro de las fuerzas armadas o un sociólogo asimilado a la policía, se vuelve un sospechoso. Lo peor es que quienes comparten estas apreciaciones se consideran a sí mismos como demócratas. La democracia, en realidad, es una difícil práctica cotidiana que se debe ejercer en todos los espacios, incluida la cátedra universitaria o los cafés de las instituciones.
Subrayado mío (SR). Efectivamente, hubo sociólogos asimilados a la policía, y, efectivamente también, el recuento oficial de los años de guerra se hizo desde el punto de vista zorro y desde el poder, desde una comisión creada por el estado, la CVR.
Flores respondería directamente a Degregori:
Lo andino, de ayer y hoy, está en debate. Curiosamente, la formulación más sugerente en contra de lo andino proviene de un intelectual de izquier­da. Carlos Iván Degregori ha planteado que en la cultura popular peruana, a partir de los años 50, se habría producido una especie de revolución mental: el mundo tradicional sustituido por el nacimiento de una moder­nidad popular.

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