sábado, 7 de mayo de 2016

LA ENTRAÑA GENOCIDA DEL NEOLIBERALISMO DESHUMANIZADO DEL MEF: "LOS PENSIONISTAS MILITARES Y POLICIAS SE DEMORAN MUCHO EN MORIR"


SEGUN INFORME DEL FMI Y EL MEF LOS ANCIANOS Y JUBILADOS SON UNA AMENAZA PARA LA ECONOMIA

Según la bruja Christine Lagarde del FMI, los ancianos son un peligro para la economía global. Es una muestra de la insensibilidad, inmoralidad y obscena voracidad pecuniaria de los que dirigen las finanzas mundiales. Mas bien, habría que hacer algo con ellos porque son un peligro para el futuro de la humanidad por sus ideas genocidas.

Sus más fieles discípulos en el Perú han pasado o aún siguen enquistados en el MEF (PPK, Carranza,  Benavides, Castilla, josé Villena, Meche Araoz, la vicepresidenta de PPK, etc.), donde uno de ellos, comentando las pensiones de militares y policías, dijo que "los pensionistas se demoran mucho en morir".
Chalo



DOS PERSONAS PELIGROSAS PARA LA BRUJA DEL FMI.

SEGÚN INFORME DEL FMI LOS ANCIANOS SON UNA AMENAZA PARA LA ECONOMIA

Publicado: julio 7, 2015 en ECONOMIAMAFIA EUROPEA
Etiquetas:FMIPOLITICAS FMI
SEGÚN INFORME DEL FMI LOS ANCIANOS SON UNA AMENAZA PARA LA ECONOMIA

Por: Fabríz’zio Txavarría Velázquez
 
Washington-EUA-AGPROG(07-07-2015).-De acuerdo a un informe financiero del FMI, sacado a la luz recientemente, en él se revela el establecimiento de políticas drásticas de shock draconianas dentro de los estados y principalmente afectando a los sectores sociales débiles y en este caso al sector de los más ancianos, con el único objetivo de quitar esta responsabilidad social a los estados y disminuir o anular una vez más las políticas y gastos sociales, en favor una vez más de las corporaciones.
 
FMI LAGARDE
POLITICAS DEL FMI CONTRA LA POBLACION
 
Las críticas no se han hecho esperar principalmente en Europa, donde el FMI empieza a imponer políticas económicas impopulares, afectando a las clases más desposeídas. En este caso el número tres de Podemos y líder popular ha vuelto a recabar la atención de los medios de comunicación en defensa del pueblo y de las clases más humildes de Europa. Así, durante su intervención en un mitin celebrado en Linares (Jaén) este lunes. Juan Carlos Monedero se dirigió directamente a la directora y Presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y miembro de la Troika que maneja el sistema bancario Europeo, Christine Lagarde, con estas palabras: ¡Danos el ejemplo y muérete!”. Tras enfatizar el papel de los pensionistas durante la crisis, el dirigente de Podemos criticó, desafiante, que Lagarde había puesto en duda la sostenibilidad de las pensiones por parte de los estados. En concreto, Monedero señaló lo siguiente: “¡Qué vergüenza! La responsable del FMI Fondo Monetario Internacional, ¿recordáis?, que dijo: Es que hay un problema muy serio. Es que ahora la gente vive mucho. ¡Pues danos el ejemplo y muérete tú si consideras que esa es la solución!”. En alusión al documento del FMI.
 
De este modo, daba a entender que Lagarde apoya una reducción de la esperanza de vida en los países desarrollados, defendiendo así que la gente mayor se muera antes, para así ahorrar costes en las pensiones. Lo que busca el FMI desde un inicio es la necesidad de emprender profundos recortes sociales para garantizar sus arcas en los bancos. En resumen quitar el dinero a los pobres, clases humildes y ancianos, asignándoselos a las oligarquías bancarias. Haciendo más ricos a los ricos y sus corporaciones y más pobres a los pobres. Lo más grave es que el FMI en un informe que se publicó analiza el denominado “riesgo de longevidad de la población”, en donde se identifica como una amenaza el vivir más de lo esperado, como un serio riesgo sobre las finanzas de las corporaciones y los bancos, recomendando ciertas medidas estructurales severas.
 
El español y miembro también del FMI José Viñals explicó que “si el promedio de vida aumenta tres años más de lo previsto para 2050, el coste del envejecimiento -que ya es enorme para los Gobiernos, las empresas, aseguradoras y particulares aumentaría un 50%” en las economía avanzadas, tomando como referencia el PIB de 2010, mientras que en los países emergentes, ese coste adicional sería del 25%.
 
Todo ello se traduciría en mayores niveles de deuda pública y una menor solvencia de las entidades aseguradoras. Lo que se interpretaría en más dinero para el área social y menos dinero para los Bancos. Por ello es necesario reducir la esperanza de vida de los ancianos y de los de escasos recursos.
 
Viñals, por su parte, indicaba al respecto lo siguiente: “Vivir más, conlleva un riesgo financiero importante principalmente para los Bancos. Nos va a costar más como individuos, a las corporaciones y a los Gobiernos. Por eso debemos preocuparnos ahora por los riesgos de la longevidad, para que los costes no nos atosiguen en el futuro”. Por ello, para mitigar o neutralizar los efectos financieros del riesgo de longevidad, el FMI propone, entre otras medidas de shock aumentar drásticamente la edad de jubilación obligatoria y la voluntaria. Las contribuciones a los planes de jubilación con incrementar los recortes de las prestaciones sociales”.
 
Otro que recomendó políticas de shock sociales muy fuertes fue el ministro de Finanzas japonés, Taro Aso, firme discípulo del FMI e instituciones bancarias corporativas capitalista liberales, quien afirmó que el problema del sustancial aumento del gasto destinado a pensiones públicas “no se resolverá a menos que les des prisa a morirse a los ancianos”, esto en referencia descarada a la población en edad de jubilación.
 
Una opción drástica y estrategia para darles prisa a morir a los ancianos y la clase en edad de jubilación seria aumentar sus costos de vida tanto en alimentación y salud, con el consiguiente aumento de las enfermedades dentro de esta amplio sector social, como también encarecer las prestaciones sociales. Esto sería posible solamente mediante la implementación de políticas de shock hábilmente diseñadas por las corporaciones bancarias.

MEDIDAS DRASTICAS DEL FMI
 
El FMI pide bajar pensiones por “el riesgo de que la gente viva más de lo esperado”.
 
El organismo quiere que la edad de jubilación se ajuste con la esperanza de vida.
 
Sus economistas proponen recorte de prestaciones y aumento de las cotizaciones.
 
El Fondo plantea que las aseguradoras privadas cubran el riesgo de longevidad.
 
El envejecimiento de la población es un reto conocido un reto que según el FMI no se debe asumir, porque se trata de un gasto social innecesario. Y a eso dedica un extenso análisis el Fondo Monetario Internacional, en un adelanto de los documentos de su cumbre semestral. Lo que llama la atención es la agresividad y crudeza de sus políticas con la que pone de relieve el problema. El Fondo reclama, entre otras medidas, que se recorten aún más las prestaciones y se retrase inclusive aún más la edad de jubilación ante “el riesgo de que la gente viva más de lo esperado”. Y también propone soluciones de mercado para mitigar ese “riesgo”.
 
Es lo que los economistas bajo la batuta del español José Viñals llaman “riesgo de longevidad”. Y dan una cifra para poner en contexto. “Si el promedio de vida aumenta tres años más de lo previsto para 2050, el coste del envejecimiento -que ya es enorme para los Gobiernos, las empresas, aseguradoras y particulares- aumentaría un 50%” en las economía avanzadas tomando como referencia el PIB de 2010.
 
Para los países emergentes, ese coste adicional sería del 25%. En términos absolutos, se disparará el coste previsto en decenas de billones de dólares a escala global, lo que iría en desmedro de las entidades bancarias financieras. Eso supone una amenaza para sostenibilidad de las finanzas públicas al disparar los niveles de endeudamiento público en una proporción similar. En paralelo, es un riesgo para la solvencia de las entidades privadas que sustentan a la pública base estructural del modelo implementado por el FMI.
 
Según ha explicado el propio Viñals en la rueda de prensa en la que ha presentado el informe, “vivir más conlleva un riesgo financiero importante”. “Nos va a costar más como individuos, a las corporaciones financieras y a los Gobiernos. Por eso debemos preocuparnos ahora por los riesgos de la longevidad, para que los costes no nos atosiguen en el futuro”, ha comentado Viñals, responsable del departamento de Mercado de Capitales.
 
En 1750, la esperanza de vida en el momento del nacimiento en los países de la Europa occidental no llegaba a los 40 años. Desde 1900, siguió un incremento lineal hasta tocar los 80 en 2010 gracias a las políticas sociales ganadas y mejoras de los sistemas de salud. A escala global pasó de los 48 en 1950 hasta los 70 en el último año de referencia. Pero lo que cambia los cálculos, según el FMI es la esperanza de vida cuando se tiene 60 años.
 
Naciones Unidas proyecta que para 2050 la esperanza de vida a partir de esa edad llegará a los 26 años en las economías avanzadas y a los 22 años en los países en vía de desarrollo. Eso significa que irá mejorando al ritmo de un mes por año. Tomando como referencia a los europeos de 60 años que vivían en 1910, la esperanza de vida era de 15 años. Un siglo después llegó a los 24 años.
 
Al vivir más la población, tendrá que pagarse más en pensiones y prestaciones a la seguridad social y eso es precisamente el costo que el modelo financiero del FMI no contempla. En este caso pone como ejemplo los planes de pensiones privados en EE UU. “La empresas tendrían que multiplicar varias veces sus contribuciones para poder afrontar esos pasivos adicionales”, apunta. “Reconocer y mitigar este riesgo es un proceso que debe ponerse en marcha ahora”, remacha. En otras palabras los estados no deben realizar gastos sociales nunca más, cuidando de esta forma sus finanzas y la estructura bancaria.
 
Tanto el sector público como el privado llevan años preparándose para amortiguar el impacto financiero del envejecimiento. Pero el FMI cree que se subestimó la evolución demográfica de la población y eso pesará “más de lo esperado” en un balance que en ambos casos están ya de por si debilitados. Eso, por tanto, amenaza con exacerbar su vulnerabilidad frente a otras crisis.
 
Christine Lagarde, directora gerente de FMI, quiere que la reunión de primavera en Washington sirva para mirar hacia delante. En este contexto, exige a los Gobiernos que reconozcan que el subvencionar el gasto del envejecimiento les puede crear un serio problema en el futuro y que es un riesgo grave a las corporaciones. Para neutralizar sus efectos, recomienda aumentar la edad de la jubilación con otras medidas más drásticas, como recortes en los gastos sociales.
 
Para el retraso de la edad de jubilación, propone que se ligue a la esperanza de vida, de modo que el número de años en que los jubilados cobran la pensión no aumente. En la reciente reforma española del sistema de pensiones que retrasaba la edad de jubilación a los 67 años de forma progresiva ya se prevé un mecanismo de este tipo, llamado factor de sostenibilidad. Así, la ley prevé que las variables clave del sistema de pensiones (como la edad de jubilación) se revisen cada cinco años a partir de 2027 en función del aumento de la esperanza de vida. De esta forma los más ancianos seguirán trabajando sin jubilarse. También se prevén recortes en la sanidad lo que incrementaría la disminución de la población longeva.
 
Pero ese retraso no basta. El Fondo cree que hay que tomar más medidas de terapia de shock y cita entre ellas el recorte de las pensiones, el aumento de las cotizaciones y la posibilidad de que los Estados privaticen por completo el sistema de pensiones y contraten aseguradoras privadas para la cobertura de ese “llamado riesgo de que la gente viva más de lo esperado”.
 
De hecho para el modelo económico del FMI y el Banco Europeo y todo el euro grupo los ancianos son un riesgo que debe ser eliminado y debe abaratarse el costo de mantenerlos inútilmente.
 
Así, el informe de estabilidad financiera plantea que se recurra a los mercados de capitales para que se transfiera el riesgo de la longevidad de los planes de pensiones a las instituciones privadas que tienen más capacidad para gestionarlo.
 
Los economistas banqueros del organismo plantean también que los propios individuos aumenten su ahorro a través de planes de pensiones, recomienda que se facilite o incluso obligue a contratar rentas vitalicias y también apoya el uso de las hipotecas inversas, por las que la casa en propiedad se entrega en el momento de fallecimiento a cambio de recibir hasta ese momento una renta por ella. De esta forma los bancos toman posesión de los bienes de los pensionados.
 
El Fondo también pide más transparencia a los países a la hora de informar sobre la tendencia del envejecimiento y como se están preparando para financiar la jubilación.
 
El FMI concluye recordando que todas estas reformas deben acelerarse y cualquier retraso en el proceso dificultará hacer frente al reto como es debido. “Prestar atención al envejecimiento de la población y al riesgo de la longevidad adicional forma parte del conjunto de reformas necesarias para restaurar la confianza en la viabilidad de los balances del sector privado”.

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