viernes, 31 de marzo de 2017

HIPOCRESÍA POLÍTICA Y LA FARSA MONTADA POR LA DERECHA CONTRA EL GOBIERNO DE VENEZUELA




por Rómulo Pardo

Comentarios sobre la decisión del TSJ respecto al intento de golpe de la Asamblea Nacional. 

Hay una gran hipocresía política y comunicacional con respecto a la decisión del Tribunal Supremo de Justicia. El 9 de enero de 2017, la Asamblea Nacional tomó una decisión en la cual desconocía al Presidente de la República. Esa decisión, que fue votada por todos los diputados de oposición, excepto la honrosa excepción de los tres diputados del partido de Henry Falcón, planteaba que el Presidente había abandonado su cargo (cuando era un hecho público y comunicacional que eso era falso) y que por tanto había cesado en sus funciones y se producía la falta absoluta del Presidente de la República. Además, convocaba a elecciones presidenciales en el plazo de un mes. 

En ese momento, no vimos a ninguno de los países de la OEA ni al taimado Almagro convocar a sus embajadores a consulta porque se había dado un golpe de estado en Venezuela. Tampoco vimos a los opinadores de oficio, en los medios de comunicación social venezolanos o extranjeros, y en las cancillerías tomadas por el iracundo neoliberalismo, armando un escándalo porque se estaba dando un golpe de estado en contra del presidente de la República. 

Ahora, el Tribunal Supremo de Justicia ha interpretado un artículo de la Ley de Hidrocarburos que establece que los convenios internacionales y asociaciones extranjeras deben ser aprobados por la Asamblea Nacional, la cual se encuentra en desacato, y en consecuencia, para no paralizar financieramente al país, el Tribunal Supremo de Justicia decide que asumirá las competencias de la Asamblea en las que se omitan sus obligaciones, para poder aprobar esos contratos o esas asociaciones, y que la República pueda contraer los compromisos que sean requeridos, en especial en este momento donde la situación financiera venezolana es particularmente difícil. 

La República no puede detenerse, porque la Asamblea se encuentre en una situación irregular. Es esta la principal razón por la cual el Tribunal Supremo de Justicia asume esa decisión. El T.S.J. no ha dicho que se disuelve la Asamblea, ni mucho menos ha convocado elecciones de nuevos diputados o diputadas. Sin embargo, la alharaca en los medios de comunicación es que el Tribunal Supremo Justicia disolvió la asamblea. Eso no es verdad.
 
Lo que está haciendo es asumir las competencias, para que la República no se paralice, mientras dure la situación de desacato. Por cierto, desacato que sería muy fácil de eliminar, sólo que a los diputados de la oposición no les conviene hacer eso, porque se quedarían sin la banderita de la victimización, que les brinda la excusa para no trabajar, y para acusar a Maduro de todas sus incompetencias.

En las próximas dos semanas, la República tiene compromisos financieros a los cuales debe responder, y esto no se puede paralizar por la situación de desacato de la Asamblea Nacional. Creo que es muy inconveniente para la institucionalidad de nuestro país, que los poderes públicos se reconozcan entre sí. 

Sin embargo, para hablar en justicia, es indispensable recordar que quien desconoció al Presidente de la República fue la Asamblea Nacional, y que esta es una situación que no generó el escándalo que estamos viendo en este momento, debido a que no se correspondía con los intereses de la derecha nacional y transnacional. 

¿Cómo se entiende esto de que asumir temporalmente las competencias de aprobar contratos y asociaciones extranjeras es un golpe de estado, pero desconocer al Presidente de la República y llamar a elecciones no lo es? Simplemente pura hipocresía política y comunicacional, que es utilizada para manipular tanto en Venezuela como internacionalmente.

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