domingo, 23 de julio de 2017

CRECIMIENTO MINERO CON POBREZA FISCAL





 Una mirada sobre la riqueza minera y Estado misio.

Por Diario UNO el julio 22, 2017
Autor: Jorge Manco Zaconetti

Los ingresos de exportación de los productos mineros metálicos, en el 2016 fueron del orden de los 21,652 millones de dólares superando los 18,836 millones del 2015, pero lejos de los 27,526 millones del 2011 en la bonanza minera donde el humalismo negoció de “manera amigable” un nuevo marco tributario con las transnacionales mineras. En el mejor año, el Estado apenas captó directamente 13 dólares por cada 100 dólares de ingresos de exportación minera.
Sí, aunque usted no lo crea en la bonanza, en la época de las vacas gordas, en el ciclo expansivo de la economía mundial, liderado especialmente por la demanda china de materias primas, el Estado peruano en el período 2004 al 2014 en promedio retuvo apenas el 11 por ciento en relación al total de los ingresos de exportación minera (100%).
Sea por ingresos tributarios como el impuesto a la renta, y no tributarios como las regalías mineras, tanto las viejas como por las nuevas, el aporte voluntario, el gravamen e impuesto especial a la minería, y derechos de vigencia, el fisco de nuestro país apenas captó 11 dólares de cada 100 dólares de exportación, lo cual demuestra la precariedad de las finanzas del país que tiene que recurrir al endeudamiento externo para financiar la infraestructura, saneamiento, etc.
Si bien el 2016 los ingresos de exportación mineros experimentaron una recuperación en relación al 2015 con un crecimiento del 15 por ciento, todo hace pensar que el presente año será de una relativa recuperación en la medida del aumento de los precios del cobre que se constituye en el principal producto de exportación. Dicho sea de paso que también aumentan significativamente los precios del estaño, hierro, plomo, zinc, molibdeno, y en una menor medida los precios del oro y plata.
Así, en el 2015 el precio promedio de la libra de cobre sumaba los 2.49 dólares, en el 2016 bajó a los 2.20 dólares para experimentar una recuperación en los primeros seis meses del 2017 para llegar a los 2.61 dólares la libra y sobrepasar los 2.75 en los precios a futuro (4 meses), gracias a una relativa recuperación de la economía china.
En todo caso, los ingresos de exportación del cobre en el período enero/mayo del 2016 comparado con un período similar del 2017, se han incrementado en un 38.1 por ciento, pasando de los 3,628 millones de dólares a más de 5,010 millones en los primeros cinco meses del 2017.
Debiera ser evidente que no solamente se trata de una recuperación del precio de la libra del cobre, también se verifica un incremento de los volúmenes producidos en el período mencionado. Así, en los cinco primeros meses la producción de cobre para la exportación del 2016 en relación al período enero/mayo del 2017, medida en toneladas métricas crecieron de 916 mil toneladas a más de 1´011 mil TM, es decir sobrepasaron el millón once mil toneladas con lo cual podemos estimar que a fines del 2017 la producción de exportación de cobre puede arañar las 2.5 millones de toneladas, con lo cual se refuerza el 2º lugar de nuestro país en la producción mundial del metal rojo.

Hay muchas empresas mineras en el país que nos adeudan millones de dólares en impuestos y otras obligaciones y el Estado no exige esos pagos.

EL LADO OSCURO
Sin embargo, el lado oscuro del aumento de la producción minero metálica especialmente del cobre, tiene dos características que se expresan en la sobreexplotación de la fuerza de trabajo expresado en los bajos salarios y las precarias condiciones de trabajo. Solamente en el período enero a junio del 2017 en el sector se reconocen oficialmente 17 trabajadores fallecidos.
De otro lado, la actividad minera secreta tuvo un crecimiento empobrecedor, tanto por la débil contribución fiscal medida por el derrumbe del impuesto a la renta del sector metálico, explicado por los beneficios tributarios y una serie de partidas deducibles como las depreciaciones, amortizaciones, deterioro de activos, es más las regalías, gravamen y impuesto especial tienen la consideración de gastos tributarios, por tanto también se deducen y minimizan la renta imponible, para determinar el impuesto a la renta.
Así, este mayor crecimiento del sector se explica por la maduración de las inversiones mineras financiadas en gran parte por los beneficios tributarios como la reinversión de utilidades, arrastre de pérdidas, depreciación acelerada, devolución del IGV entre otros beneficios, otorgados por el Estado peruano desde inicios de la década de los años noventa del siglo pasado para rentabilizar la actividad minera, y hacer posible las ampliaciones (Cerro Verde, SPCC, Antapaccay etc.) y nuevos proyectos (Chinalco, Las Bambas, Constancia etc.) de las empresas en especial de las empresas auríferas y cupríferas.
En artículos anteriores he señalado el perverso patrón de acumulación que caracteriza al sector minero donde el Perú tiene un reconocido liderazgo a nivel de la producción mundial, pero sin embargo lo que recauda el Estado no guarda relación con la riqueza creada.

El Perú es un gran potencial de riquezas mineras con grandes proyectos en ejecución y por ejecutar pero no hay dinero en las arcas fiscales.

Así, nuestro país puede ser el número dos en la producción mundial de cobre, plata, y zinc pero ocupa un rezagado puesto 87º en el índice de desarrollo humano (IDH-2015), el indicador más completo para estimar el desarrollo de los países.
Ello es especialmente grave cuando se analiza el impuesto a la renta por la actividad de la minería metálica y la devolución de los impuestos internos a las empresas mineras, especialmente el impuesto general a las ventas (IGV) en razón del principio de la contabilidad internacional que no se exportan impuestos.
Por tanto el 18 por ciento del IGV por los bienes y servicios pagados por las empresas mineras que son necesarios en la etapa pre operativa y comercial, deben ser devueltos a las empresas como crédito fiscal al menos, con lo cual se profundiza la pobreza fiscal para satisfacer las urgencias del Estado.
Especialmente grave es el período comprendido entre el 2012 al 2016, marcado por un derrumbe del impuesto a la renta captado por el fisco que dicho sea de paso se constituye en la base del canon minero (50 %). Así, en el cuadro “Pago de Impuesto a la Renta Regularizado Vs. Devolución de Tributos Internos para la Actividad Minera Metálica” expresado en millones de soles se puede captar la pobreza fiscal en relación al sector más rentable de la economía peruana.
En el año 2012 el impuesto a la renta captado por el fisco sumó los 6,456 millones de soles mientras los montos devueltos a las empresas por concepto de IGV fueron de 1,959 millones de soles. Con la maduración de los nuevos proyectos mineros y las ampliaciones efectuadas sumado a los beneficios tributarios a pesar de los menores ingresos, el impuesto a la renta para el 2016 se derrumbó a los 894 millones de soles y la devolución de impuestos indirectos como el IGV a las empresas fue de 5,889 millones de soles. Este es el efecto de Las Bambas, Chinalco, Constancia y sobre todo la privilegiada ampliación de la minera Cerro Verde.
Es decir, el Estado tiene que rascar la olla de los ingresos fiscales para devolver el IGV a las actividades de exportación mientras se desacelera la economía, y las presiones sociales por mayores sueldos y salarios en los maestros, médicos, empleados y especialmente de los trabajadores mineros que experimentan en carne propia la sobrexplotación a pesar de ser los forjadores de la riqueza minera
Jorge Manco Z.

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